En un giro de 180 graos que demuestra oportunismo político, el presidente de México modificó su admiración por dirigentes y líderes internacionales. Antes era el Papa francisco el más admirado. Ahora es Salvador Allende.
El presidente López Obrador reconoció este domingo desde La Moneda, sede del Gobierno chileno, que el derrocado presidente Salvador Allende es el dirigente extranjero por quien siente mayor admiración y dijo que su muerte hace 50 años fue “un crimen horrendo”.
“El presidente chileno Salvador Allende, que todavía gobierna con su ejemplo, es el dirigente extranjero que más admiro, que más sentimientos me genera. Fue un humanista, un hombre bueno, víctima de canallas”, indicó López Obrador en una declaración junto al mandatario chileno, Gabriel Boric.
Es la primera vez que López Obrador visita Sudamérica como mandatario, pues desde su llegada al poder solo ha tenido cinco viajes al extranjero: cuatro a Estados Unidos y una gira breve para visitar de manera oficial Guatemala, Honduras, El Salvador, Belice y Cuba.
El gobernante mexicano recordó que Allende fue “pacifista”, que rechazó la revolución armada, y sostuvo que “la traición de Pinochet fue abominable, una mancha que no se borra ni con toda el agua de los océanos”.
En La Moneda (sede de Gobierno), el gobernante mexicano evitó referirse directamente al asunto y se limitó a decir que la muerte de Allende “fue un crimen horrendo”.
Pese a la sentencia de la Corte Suprema chilena de 2014, que ratificó que Allende se suicidó pegándose un tiro en la cabeza y cerró la investigación sobre su muerte, algunos sectores de la izquierda latinoamericana siguen sosteniendo que fue asesinado por militares.
“Usted -le dijo López Obrador a Boric- es heredero de los ideales del presidente Salvador Allende, apóstol de la democracia en Chile y ejemplo de dignidad en el mundo”.
La conmemoración de los 50 años del golpe de Estado está generando gran polarización y crispación en Chile hasta el punto de que Boric, el primer mandatario que no había nacido para esa fecha, calificó la semana pasada el ambiente de “eléctrico”.
La derecha tradicional y la ultraderecha declinaron participar en los actos conmemorativos del lunes en La Moneda y firmar una declaración promovida por Gabriel Boric a favor de la democracia.
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