A pesar de su objetivo de abandonar el combustible fósil ruso para 2027, los países de la Unión Europea este año tienen previsto importar volúmenes récord de gas natural licuado (GNL) desde Rusia.
Así, entre enero y julio de 2023 las importaciones de gas natural licuado de la UE aumentaron un 40% en comparación con el mismo período de 2021, antes de la operación militar especial en Ucrania, constató la organización internacional Global Witness citada por Financial Times (FT).
En sus palabras, en los primeros siete meses de este año Bélgica y España fueron el segundo y tercer mayores compradores de GNL ruso, por detrás de China, mientras que el costo del GNL importado de enero a julio a precios del mercado al contado ascendió a 5.290 millones de euros.
Global Witness señaló que el aumento parte de una base baja, ya que la UE no importaba cantidades significativas de GNL antes de la operación militar especial en Ucrania debido a su dependencia del gas procedente de Rusia por medio de gasoductos. Sin embargo, el aumento es mucho mayor que la media mundial de aumento de las importaciones de GNL ruso, que fue del 6% durante el mismo período.
El portavoz de Global Witness, Jonathan Noronha-Gant, calificó de «chocante que los países de la UE se hayan esforzado tanto por desprenderse del gas ruso para sustituirlo por su equivalente transportado en buques».
Enfatizó que «no importa si procede de un gasoducto o de un barco: significa que las empresas europeas están enviando miles de millones» a Rusia.
El GNL ruso supuso 21,6 millones de metros cúbicos o el 16% del total de las importaciones de GNL de la UE, de acuerdo con la empresa Kpler.
La empresa conjunta Yamal GNL representa la mayor parte de los volúmenes rusos. Novatek posee una participación mayoritaria. Otras participaciones son de la francesa TotalEnergies, la china CNPC y un fondo estatal chino. El nivel de importaciones deja a la UE indefensa ante cualquier decisión repentina del Kremlin de cortar el suministro.
Bélgica importa grandes volúmenes de GNL ruso porque su puerto de Zeebrugge es uno de los pocos puntos europeos de transferencia de GNL de buques cisterna de clase ártica a los buques convencionales.
A su vez, la española Naturgy y la francesa TotalEnergies también tienen contratos vigentes para suministrar grandes volúmenes de GNL ruso. Dicho esto, los políticos europeos se muestran contrarios a comprar gas natural licuado a Rusia. Un funcionario declaró que, aunque las instalaciones europeas de almacenamiento de gas están llenas en más de un 90%, sigue habiendo «mucho nerviosismo» por si se reducen aún más los suministros.