El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wengbin, rechazó este lunes el intento de Estados Unidos (EE.UU.), Japón y Corea del Sur de interferir en sus asuntos internos y los ataques difamatorios de esas naciones contra Beijing en lo concerniente a su relación con Taiwán .
Durante una rueda de prensa, el diplomático se refirió a la declaración de aquellos tres países tras finalizar la reciente cumbre que sostuvieron en Camp David, en las afueras de Washington D.C.
Puntualizó que «la cuestión de Taiwán es puramente un asunto interno de China» y su solución depende únicamente de Beijing.
Exigió a Washington, Tokio y Seúl respetar el principio de una sola China y detener su apoyo a los separatistas taiwaneses. En ese sentido, aseveró que el aliento al separatismo por Washington es la mayor amenaza a la paz regional.
A juicio de Wengbin, los juicios emitidos por los líderes de EE.UU., Japón y Corea del Sur constituyen una interferencia grosera en los asuntos internos de China y violan normas básicas de las relaciones internacionales.
Además, sostuvo que intentan desacreditar la imagen de China, abrir una brecha entre ella y naciones vecinas, y generar confrontación en la región del Indo-Pacífico.
Dejó claro que su país continuará defendiendo su soberanía e intereses nacionales y rechazó cualquier intento de provocar una nueva Guerra Fría en el área de Asia y del Pacífico, que será «resistido firmemente por los países y pueblos d ela región», destacó.
Catalogó de razonables y legales las actividades navales de su país en el Mar de China Meridional y recordó que EE.UU. y sus aliados también llevan a cabo frecuentes maniobras militares en aguas que rodean a China.
Tras la cumbre en Camp David, realizada el 18 de agosto, los presidentes Joe Biden (EE.UU.) y Yoon Suk-yeol (Corea del Sur) y el primer ministro Fumio Kishida (Japón) emitieron una declaración en que calificaron como peligroso y agresivo el comportamiento de Beijing en el Mar de China Meridional.
Acerca de Taiwán, afirmaron que la paz y la estabilidad en la isla, cuya soberanía es reclamada por China, son esenciales para la seguridad y la prosperidad internacionales.