El conflicto de Ucrania desata una carrera armamentística de artillería

El conflicto armado en Ucrania se analiza en los cuarteles generales de todo el mundo. Una de las conclusiones a las que han llegado los expertos es que las armas de gran calibre siguen desempeñando un papel decisivo. Por esta razón, el Pentágono ha decidido cambiar el enfoque de su estrategia militar. Sputnik te informa sobre lo que han propuesto.
En cuanto al nivel del uso de la artillería, la operación militar superó a todos los conflictos desde la Segunda Guerra Mundial. Con ambas partes teniendo a su disposición avanzados sistemas de defensa antiaérea y limitadas capacidades del uso de aviación, los sistemas de artillería se convierten en el factor decisivo en el campo de batalla.
La artillería interviene en todos los tipos de misiones de combate, tanto ofensivas como defensivas.
De acuerdo con los expertos occidentales, Rusia utiliza hasta 20.000 proyectiles al día, mientras que Ucrania emplea entre tres y cuatro veces menos. El jefe del Mando de Futuros del Ejército de EEUU, el general James Rainey, lo considera una gran ventaja para Moscú.
Reconoció que la confianza en los ataques selectivos con munición ‘inteligente’ no había dado sus frutos. El conflicto demostró que el uso masivo de proyectiles de fragmentación de alto poder explosivo, cuando se dirigen mediante drones, presta resultados mucho mejores.
Rainey recordó que EEUU había enviado a Kiev casi 200 obuses de 155 mm, 72 obuses de 105 mm, 38 sistemas Himars y varios millones de proyectiles. Se sigue muy de cerca el rendimiento de estas armas en combate y se sacan conclusiones. En particular, los especialistas estadounidenses sugieren trabajar en nuevas fórmulas de pólvora para aumentar el alcance de los proyectiles convencionales. La introducción de un cargador automático en el diseño de cañones y obuses permitirá aumentar la cadencia de fuego.
Además, el Pentágono quiere comprar algunas armas a los aliados de la OTAN para probarlas en polígonos y adoptar todas las soluciones técnicas que les sean de utilidad.
Los enfrentamientos demostraron que los principales obuses autopropulsados del Ejército estadounidense —el M109 Paladin, en servicio desde 1963— están por detrás no solo del Msta-S ruso, sino también del Pzh2000 alemán, el Ceasar francés, el AS-90 Braveheart británico e incluso el AHS Krab polaco en términos de alcance. Esto acarrea su ubicación cercana a la línea del frente y, en consecuencia, sus posiciones son más vulnerables al fuego de contrabatería y a los drones-kamikaze.
El general Rainey pide al complejo militar-industrial estadounidense que acelere las pruebas del avanzado sistema autopropulsado XM1299 en el marco del proyecto ERCA (Extended Range Cannon Artillery), que se elabora desde 2019. Se basa en el chasis del M109, pero tiene un cañón mucho más potente. La longitud del cañón ha pasado de 39 a 58 calibres, lo que aumenta su alcance hasta 70 kilómetros.
Otra característica es el proyectil experimental XM113 con un motor de cohete y una mayor precisión. Su cadencia de fuego alcanzará los diez disparos por minuto gracias al cargador automático. También dispone de un nuevo sistema de control de fuego y de un sistema de navegación que funciona en condiciones de supresión electrónica. Las demás características son aún objeto de clasificación.
Las primeras 18 unidades experimentales se enviarán al Ejército a finales de este año, mientras el año que viene se pondrán a prueba y entrarán en servicio. Sin embargo, los campos de tiro revelaron un problema inesperado: el cañón del obús se desgasta demasiado rápido. La solución son proyectiles con menor carga de pólvora, pero su alcance se vería reducido. Sputnik
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