Negociar con Terroristas

*Los Hechos que Dejaron Huella y

la Información se Escondió

*Secuestros, Exigencias Criminales

y Liberación ¿a Cambio de qué?

*AMLO no se ha Pronunciado en el

no Negociar con Terroristas

*Los Cárteles Avanzan y Atemorizan

a la Población Civil Impunemente

 EZEQUIEL GAYTÁN

Honestamente no he escuchado al presidente López Obrador manifestarse en torno a la tesis “El Estado no negocia con terroristas”. Habla tanto y de tantos temas que estoy perdido en esa bataola selvática de sus conferencias mañaneras. Confieso que busqué y no encontré nada, aunque mi investigación no fue metodológicamente tan amplia como marcan los cánones. Por lo tanto, confieso esa falla en este artículo.

De todas maneras, el tema me ocupa y me preocupa porque el pasado 30 de junio, ya casi se cumple el mes, 16 trabajadores del penal de Ocozocoautla de la secretaría de Seguridad del estado de Chiapas fueron secuestrados por un grupo del crimen organizado y, a decir del gobernador de esa entidad, Rutilio Escandón, fueron liberados a los tres días debido al apoyo del gobierno Federal. La petición de los secuestradores era la destitución de tres funcionarios públicos de la dependencia aludida. El caso es que, hasta donde tengo conocimiento, no hubo destituciones y todo terminó con la liberación de los secuestrados como si se tratase de un cuento de hadas.

Pocos días después, el 11 de julio en Chilpancingo, Guerrero, la prensa y los medios de comunicación informaban acerca de una manifestación de cerca tres mil pobladores de comunidades de Quechultenango. También se habló de gente secuestrada y de repente el silencio. Todo regresó a la normalidad de violencia soterrada en esa entidad, pero sin información acerca de la liberación de las personas secuestradas.

No tengo elementos ni la suficiente información sobre esos dos secuestros. ¿Qué grupo o grupos secuestraron a esas personas?, ¿Por qué esas personas y no otras?, ¿Qué pedían los secuestradores? Así que sólo conjeturo que hubo algún tipo de negociación entre las autoridades federales y los grupos del crimen organizado. No considero que aún se les deba calificar de terroristas, pues el terrorismo tiene como objetivos: a) sembrar el terror cotidiano en la población con actos de violencia y destinados hacia la población civil; b) influir en la toma de decisiones gubernamentales a fin de orientar las acciones hacia fines que beneficien a esas organizaciones; c) promover su lucha y justificarla.

El terrorismo existe desde hace siglos y se sostiene debido a su capacidad de organización y el respaldo financiero de grupos de interés que se benefician de ese flagelo. Por si fuera poco, los Estados Unidos desde los acontecimientos de las Torres Gemelas en 2001 declararon la guerra en contra de los grupos terroristas y en su taxonomía incluyen a carteles mexicanos de la droga. Por lo cual el gobierno de la República se cuida bien de no catalogar a los cárteles de la droga de terroristas, pues sería entregarles la llave de entada a nuestro país a las fuerzas armadas estadounidenses.

Mucho me temo que la actual administración es el jamón de la torta y ha preferido y optado por negociar con esos grupos, aunque viole uno de los principios de la teoría del Estado: no negociar con terroristas. Por el método inductivo concluyo que el gobierno ya cedió y le tomaron la medida. Son sospechas fundadas debido al ocultamiento de la información, el silencio después de consumados los hechos y la prontitud de la resolución.

La teoría de no negociar con terroristas se debe a que esas organizaciones son insaciables y solo se conformarán con la toma del poder, pues se trata de grupos con fines políticos, ideológicos y/o religiosos. Pero en este caso se trata de criminales que no aspiran al poder político, sino al económico y a la confortabilidad de la vida ostentosa. Desde mi punto de vista son terroristas pues infunden temor a la población dada la violencia de sus acciones y tratan de influir en las decisiones gubernamentales a fin de no ser perseguidas. Es cierto que no desean ocupar el poder político, pues lo ven como un utensilio de desgaste y en su pragmatismo no les interesa figurar públicamente.

En ocasiones los gobiernos han negociado con organizaciones terroristas, pero en general las experiencias han sido negativas para la autoridad formal. También es cierto que la historia registra casos de negociación entre los gobiernos y los grupos guerrilleros. Pero dichos grupos salvo expresas excepciones, no aterrorizan a la población, por el contrario, la apoyan a cambio de que se les oculte, así que no pueden ser encasillados como terroristas.

Los cárteles mexicanos ya se están extralimitando y ya son varios los casos en que atentan en contra de población civil e inocente. El gobierno lopezobradorista está a un tris de quedar atrapado entre la espalda y la pared y tendrá que decidir si debe o no negociar con terroristas.

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