Conocer los más Bellos Sitios del Mundo y  Mexicanos en un Solo día, Pero… sin Maletas

*En París, Puedes ir a la Torre Eiffel, a Notre Dame al y al Arco del Triunfo

*Qué tal en Roma Observar El Coliseo, el Panteón de Agripa y El Vaticano

*Y en Washington, El Capitolio, el Obelisco, el Puente de Brooklyn y el Empire Estate

*En Rusia, la Catedral de San Basilio y la Plaza Roja o el Kremlin

*O China: la Puerta de la Suprema Armonía en la Ciudad Prohibida y la Gran Muralla 

*Sí, una Caminata Para Mirar También los Hermosos Sitios de México

*El Lugar Para Recorrer el Mundo Está muy Cerca, en el Reconocido Paseo de los Gigantes 

*La Ubicación es en Puebla, Donde Hace Tiempo fue la Fabrica “La Constancia Mexicana”

*Hoy Está Convertida en un Hermoso Parque Para Extender las Fronteras de la Mente

SUSANA VEGA LÓPEZ,

Enviada

PUEBLA DE ZARAGOZA, Pue.- Al ingresar a este lugar te conviertes en un gigante o, por lo menos, tienes esa sensación porque con unos cuantos pasos vas de la Glorieta del Ángel de la Independencia al Palacio de Bellas Artes para admirar sus enormes cúpulas; otros pasos y llegas al Zócalo para contemplar Palacio Nacional; caminas un poco y llegas a la Basílica de Guadalupe y, si te atreves, puedes conocer Francia, Italia, Moscú, China, Japón, y otros países en un par de horas.

¿Dónde? En Paseo de Gigantes, un parque inmerso en los terrenos de lo que fue la fábrica de hilos más importante de Puebla: “La Constancia Mexicana” que en un predio de poco más de 32 mil metros cuadrados te muestra 52 réplicas de los sitios más emblemáticos de México y del mundo.

Son maquetas que representan edificios, monumentos, casas, museos, pirámides, murallas, y más lugares en el que cuentan, en pequeñas placas, la historia de cada construcción.

Paseo de Gigantes te lleva de viaje para que conozcas, como todo un gran turista internacional, Londres, París, China, Japón, Egipto, Washington, Nueva York, Roma y, por supuesto, México.

Cuando llegues a París, Francia vas a visitar: la Torre Eiffel, la Iglesia de Notre Dame, el Arco del Triunfo o el Museo de Louvre.

¿Sabías que la Torre Eiffel fue construida para la Exposición Universal de 1889 celebrada en París’? La idea era hacer un monumento para impresionar a la gente y se tenía pensado destruirla, después de la Expo. Por voluntad popular es que sigue en pie. Dicen que España rechazó el proyecto. Recibe más de siete millones de visitantes cada año. Se cuenta que no quisieron que Hitler la subiera por lo que cortaron los cables del elevador y el alemán se negó a subir los mil 500 escalones. Se pinta cada siete años.

El Arco del Triunfo representa la victoria del ejército francés bajo el mando de Napoleón, quien ordenó su construcción, que duró 30 años, por lo que no la pudo ver concluida, pues se terminó 15 años después de su muerte. Aquí se realizaron los desfiles militares de la Primera (1919) y Segunda Guerra Mundial (1944), así como el desfile del Día de la Bastilla (14 de julio). El tour de Francia termina en este lugar.

El Museo de Louvre fue un importante palacio de Paris del siglo XII. Abre sus puertas como museo en 1793. A un lado se encontraba el Palacio de las Tullerías, mismo que fue derrumbado en 1870 y actualmente son los jardines del Louvre. Algunas de sus colecciones cuentan con siete mil años de antigüedad. La Gioconda es el cuadro más visitado. En 1530 ocupó el cuarto de baño de Francisco Primero de Francia. El Louvre cuenta con más de 35 mil obras de arte.

En cuanto a la Catedral de Notre Dame, su construcción tardó 180 años. Es un referente del estilo gótico; hay catacumbas de la época romana y habitaciones de la época medieval. Aquí, en 1804, tuvo lugar la coronación del emperador de Francia, Napoleón Bonaparte, por él mismo, ante el Papa de aquel entonces.

De París, puedes llegar en unos cuantos pasos, a Roma, Italia, para que tengas una idea de lo que se hacía en El Coliseo o lo que sucedió en el Panteón de Agripa, que no es un cementerio sino un templo dedicado a todos los dioses que mandó construir Adriano entre los años 125 y 128 D.C. Se usaba como un enorme reloj solar y presume tener la mayor cúpula de hormigón. En esta iglesia se siguen celebrando misas. También es posible que conozcas la Basílica de San Pedro, en El Vaticano. Aquí se enterró San Pedro -uno de los 12 apóstoles de Jesús de Nazaret- y se encuentran los restos de la mayoría de los Papas.

Luego puedes dar un gran salto para ir a Washington D.C., Estados Unidos, para ver: el Capitolio, la Casa Blanca, el Monumento a Lincoln, el Obelisco a Washington; y luego pasar a Nueva York para sorprenderte con: la Estatua de la Libertad, el Puente de Brooklyn, el Empire Estate, o el Museo Salomón R Guggenheim.

El Capitolio es el edificio que alberga las dos cámaras del Congreso de los Estados Unidos y una de las principales atracciones turísticas de la ciudad. Comenzó su construcción en 1793 como punto clave del gran proyecto de creación de la ciudad de Washington. Hoy en día es ejemplo del neoclasicismo arquitectónico.

¿Has pensado conocer Rusia para maravillarte con la Catedral de San Basilio? No te lo pierdas, pues son muy significativas sus cúpulas en forma de gran caramelo redondo terminado en bulbos de diferentes colores para distinguir el agrupamiento de 10 iglesias independientes; una construcción que parece de fantasía y que se localiza en la Plaza Roja de Moscú. De ahí te desplazas al Museo Estatal de Historia y, ¿por qué no?, al Kremlin, sede del gobierno, además de catedrales, la armería, torreones y más.

Y qué tal si, ya estando por allá, te pasas a China para visitar la Gran Muralla (ahora considerada Maravilla del Mundo Moderno); la Puerta de la Suprema Armonía en la Ciudad Prohibida, para luego ir a Japón a ver la Torre de Cápsulas Nakagin, el Palacio Imperial y el Templo de Sensoji.

Por cierto, la Gran Muralla es una antigua fortificación para proteger la frontera. Se construyó en diversas dinastías. Cuenta con 21 mil 196 kilómetros de largo. Tiene fama de ser el mayor cementerio del mundo porque, aunque no fueron enterrados allí, se calcula que 10 millones de trabajadores murieron durante su construcción. También es una de las siete Maravillas del Mundo Moderno.

Pero no termines allí tu periplo; dirígete a Londres, Inglaterra, para admirar el Palacio de Buckingham, la Torre de Londres y el Palacio de Westminister.

El Palacio de Buckingham, originalmente llamado Buckingham House, era un hotel en 1703. En 1772 lo adquirió Jorge Tercero para convertirlo en residencia privada. Hoy en día es uno de los pocos palacios reales en activo que quedan en el mundo. Allí vivió Su Majestad, la Reina Isabel II, donde tuvo su despacho y se encuentra el cuartel general de la administración de la Casa Real en Londres. Aquí trabajan más de 450 personas. Se realizan fiestas y banquetes para más de 50 mil invitados. Famoso es el cambio de guardia.

La Torre de Londres es un castillo histórico. Se fundó hacia finales de 1066 y a finales de 1100 fue usado como prisión (aunque ése no fue el propósito). En cuanto al Palacio de Westminister, se inauguró en 1870; también es conocido como El Parlamento y alberga las dos Cámaras del Reino Unido: la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. Su arquitectura es ejemplo de estilo neogótico y contiene más de mil habitaciones. Lo más notable es la Torre del Reloj, una atracción turística que alberga la campana llamada Big Ben, nombre asignado erróneamente a la torre.

Un brinco más y te trasladas a Australia para conocer en Sidney, la tercera torre más alta del hemisferio sur, con 409 metros de altura. Se sostiene con 56 cables de acero y cada uno pesa siete toneladas. La plataforma de acceso al público tiene una capacidad para 960 personas y se sitúa a 251 metros de altitud, donde se aprecia Sidney desde todos los ángulos; también se muestra la réplica de la Catedral de Santa María Auxilio de los Cristianos, la patrona de Australia.

O qué tal rematar en El Cairo, Egipto, con las Pirámides de Guiza donde se encuentra la Gran Pirámide de Keops, la Pirámide de Kefrén y la de Micerinos. La primera es considerada una de las siete maravillas del mundo y la única que aún perdura. Fue construida con 2.3 millones de bloques de piedra, cada una con un peso de 2.3 toneladas, por lo que no se explica cómo es que las apilaron. Y ya que estás allí te diriges a la Mezquita IB Tulun, la más antigua de la ciudad, para rematar con la Gran Esfinge de Guiza, la pirámide con cuerpo de león y cara de faraón que, por cierto, carece de nariz.

Pero todo este viaje se pensó, primero, para resaltar la Estrella o Rueda más grande de México, el Auditorio Metropolitano, el Estadio Cuauhtémoc, el Teleférico, la Pirámide de Cholula, la Catedral de Puebla y más sitios que contiene el estado de Puebla de Zaragoza.

El parque de la Constancia, donde se encuentra el Paseo de Gigantes, está muy cerca del ahora Museo de la Constancia, el Museo del Automóvil, el Museo del Títere y más sitios de interés.

Paseo de Gigantes se inauguró en enero de 2017 y tuvo una inversión de más de 90 millones de pesos; cuenta con tres accesos; abre de seis de la mañana a nueve de la noche y la entrada es libre. Cabe señalar que todas las réplicas son ambientadas con música de la ciudad o país que representan. Allí caminas por andadores, jardines; hay ciclovías, canchas de usos múltiples y un minigolf (donde sí cobran por el uso). Un detalle más: se prohíbe el ingreso con mascotas.

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