¡Hasta siempre, Porfirio!

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Porfirio no murió de viejo.

Murió de tristeza.

Una mente brillante, que acostumbraba a utilizar las neuronas para encontrar caminos que fortalecieran la democracia, se apagó lentamente.

En los últimos dos años, sin darse por vencido, sin poder ignorar que Andrés Manuel y él trabajaron para fundar Morena que finalmente llevaría al triunfo al tabasqueño, Porfirio intentó estar presente y denunció, públicamente, a su antiguo compañero de conducir un NARCOESTADO.

Quizá la respuesta causó más dolor que sorpresa.

“Está chocheando”, dijo el inquilino temporal de Palacio Nacional.

Un hombre como Porfirio jamás chocheó.

Siempre, por el contrario, demostraba tener luz propia, cultura, conocimiento de la política y cómo fortalecerla o cambiarla: nunca cerró las puertas al conocimiento y menos se negó a compartir el propio.

Hoy ya no estará más con nosotros, con aquellos que disfrutábamos de su sapiencia y de su honesta amistad.

Como todos los humanos, con defectos, Algunos superables. Otros, imposible. El ego, construido con conocimientos, estudios, análisis, gastando neuronas, lo merecía. Cabal y cuando se equivocaba lo reconocía. Difícilmente cometía el mismo error. En su búsqueda por una verdad muy propia, abandonó el partido que le abrió los escenarios del éxito y reconocimiento. No se erró.

El nacimiento del Frente Nacional Democrático que, junto con otras mentes lúcidas cambió el derrotero nacional, es un ejemplo de lo que en su cerebro se agolpaba y con prospectiva, con miras de altura, fue uno, quizá el más importante, en la edificación del intento por pavimentar el empedrado camino del poder sublime ejercido por los presidentes de México.

Su error garrafal: creer que un ignorante, sin sustento ideológico y aprovechando el hartazgo ciudadano, sería capaz de cambiar el “viejo régimen” -al que ambos pertenecieron por décadas y lustros- que gobernar para todos y dejaría huella a seguir.

Imposible digerir la traición.

Y desde la fractura generada por el egoísmo y la carencia de entender la realidad del que quiso y no pudo convertirse en cacique ni caudillo, en Porfirio comenzó el declive.

Su vida no fue la misma después de ser vetado e impedido de terminar su carrera, su vida política, como legislador federal.

El temor de quienes carecen de sabiduría y ven a todos los brillantes como “riesgos personales para la figura”, aceleró el deseo de abandonar el piso por donde caminó miles de kilómetros derramando la inteligencia.

Habrá quien no le tenga respeto y existen los que descalifican su paso por el ejercicio de la política.

¿Chapulín?, sí pero no por la búsqueda del poder, del fuero o de los reflectores. Su formación académica lo condujo a poseer todo sin el cargo público.

¿Qué necesidad de humillarlo y alejarlo de un cargo que sería el botón para cerrar la puerta?

Seguramente estará feliz de su partida el inquilino de Palacio. La hipocresía manifiesta en su mensaje de “condolencia”, no deja duda.

En lo personal, que lo conocí en 1971 y hasta 2023 -hace tres meses- lo traté y lo respeté, lamento profundamente su muerte.

¡Hasta siempre, Porfirio!

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com. jesusmichelnarvaez266@gmail.com,

Facebook Jesus Michel, Twitter @msionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

 

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