El reciente motín del grupo Wagner en Rusia fracasó gracias a la lealtad de los militares, afirmó el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú.
Durante una videoconferencia con los mandos de las Fuerzas Armadas este lunes, Shoigú evitó sin embargo las palabras ‘motín’ o ‘revuelta», y optó por catalogar los sucesos del 23 al 25 de junio como «un intento de desestabilizar la situación en Rusia».
«Estos planes fracasaron ante todo porque los efectivos de las Fuerzas Armadas siguieron fieles a su juramento y al deber militar», puntualizó el ministro.
Shoigú aseguró que los acontecimientos recientes no afectaron a las tropas implicadas en la operación militar especial en Ucrania, y dijo que siguieron cumpliendo de forma valiente y abnegada las misiones asignadas.
«Agradezco a los efectivos por su buen servicio», añadió.
El ministro destacó que los ataques eficaces de las Fuerzas Armadas de Rusia reducen el potencial ofensivo de Ucrania.
«Nuestras Fuerzas Armadas siguen atacando de manera eficaz al enemigo lo que reduce significativamente su potencial ofensivo», subrayó Shoigú en una conferencia con los dirigentes de las Fuerzas Armadas de Rusia.
En la noche del 23 al 24 de junio, las fuerzas del grupo Wagner capturaron el cuartel general del Distrito Militar del Sur de Rusia, en la ciudad de Rostov del Don. Esto sucedió luego de las declaraciones de Evgueni Prigozhin de que las FFAA rusas supuestamente lanzaron ataques con misiles contra los campamentos de Wagner, algo que tanto el Ministerio de Defensa como el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso negaron.
El motín armado se detuvo gracias a las intensas negociaciones que, en coordinación con el presidente ruso, Vladímir Putin, fueron mediadas por el mandatario bielorruso, Alexandr Lukashenko, durante todo el sábado 24 de junio. Como resultado, Prigozhin accedió trasladarse a Bielorrusia, mientras que a los combatientes que no participaron en la rebelión se les ofreció firmar un contrato con el Ministerio de Defensa ruso y el resto de los militantes del Grupo Wagner serán absueltos.
El ministro agregó que Ucrania no logró los objetivos de su contraofensiva «en ninguna de sus direcciones».
«Esto evidencia la maestría de nuestros combatientes y las expectativas, obviamente demasiado altas, de las armas occidentales», señaló.
Según el ministro, en un mes las fuerzas rusas destruyeron en Donbás y la provincia de Zaporozhie un total de 920 vehículos blindados ucranianos, incluidos 16 tanques Leopard, así como 15 aviones y tres helicópteros.
Shoigú subrayó que la cantidad de los Leopard destruidos corresponde, casi completamente, al número de los tanques de este tipo suministrados por Polonia y Portugal a Ucrania.
Además, Rusia interceptó en el último mes 158 misiles de lanzaderas Himars, 25 misiles de crucero Storm Shadow y 386 vehículos aéreos no tripulados, prosiguió el titular.
Desde el pasado 4 de junio, los militares ucranianos perdieron alrededor de 2.500 unidades de armas en todas las líneas de operaciones, reveló el ministro ruso.
Rusia lanzó la operación militar especial en Ucrania en respuesta a la solicitud de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, para que se les preste ayuda frente al genocidio por parte de Kiev. Sputnik