POR ARGENTUM
Y arrancaron las actividades encaminadas a realizar acciones tendientes a posicionar a las corcholatas en el ánimo ciudadano.
Los ojos de los mexicanos están puestos en los tres principales contendientes: Claudia Sheinbaum, Adán Augusto y Marcelo Ebrard; que son los que se disputan los tres primeros lugares en las encuestas. Los otros, Monreal, Fernández Noroña y Velasco, cargan con bajos puntajes en las mediciones, por lo tanto, en esa medida son sus posibilidades con escasas oportunidades para alcanzar, en la etapa siguiente, la candidatura del partido que los cobija: MORENA.
Considerando que las reuniones que ya empezaron a presidir, con el pretexto de informar los logros de la Cuarta Transformación, la están haciendo sin ninguna investidura porque ya renunciaron a sus cargos; prácticamente están comenzando de cero.
La ciudadanía en general evaluará lo que cada quien dice o hace. Las corcholatas descubrirán quien los vitoreaba por cortesía al cargo, y quienes las seguirán por sus méritos propios.
Sin embargo, en el primer día de sus actividades a los tres se les vio moverse con mayor libertad, sin los límites que el cargo impone.
En el arranque rumbo a la candidatura, a Marcelo Ebrard no le fue tan bien como se podía esperar de un político con la experiencia del excanciller. Tuvo un traspiés de esos que no son resultado de la casualidad, sino que debieron haber sido pensados con la antelación que exige la planeación de cualquier campaña.
Ante un ejército de reporteros expectantes de las primeras actividades del exjefe de Gobierno de la Ciudad de México, anunció que crearía la Secretaría de la Cuarta Transformación. Pero ese sorpresivo anuncio no quedó ahí. Resulta que la titularidad de la nueva secretaría la destinaría, según dijo, para uno de los hijos del presidente el cual, horas más tarde, agradeció y declinó dando sus razones.
Las declaraciones del aspirante provocaron una verdadera lluvia de críticas en las redes sociales, y severos cuestionamientos en los medios impresos y virtuales. El ofrecimiento lo exhibió como un político dudoso e inseguro. Su estrategia de involucrar a un familiar del presidente para, tal vez, asegurar la candidatura, no fue lo más acertado. Si con ello pretendió ganarse la simpatía del presidente, quiere decir que no la tiene.
Quienes lo consideraban como la alternativa viable dentro o fuera de Morena, se manifestaron decepcionados.
Las cosas no pararon ahí. En la mañanera del mismo día que Marcelo inició actividades de convencimiento, el director de una revista se plantó frente al presidente López Obrador, para comentarle sobre un expediente en su poder, de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda en donde, asegura, que en una investigación que se hizo a mediados del gobierno de Peña Nieto, aparece el nombre de Marcelo Ebrard. Una cosa así, ablanda a cualquiera.
Por lo que toca a las actividades de Claudia Sheinbaum, transcurrieron sin mayores contratiempos. En Oaxaca le fue bien; lo destacado no se dio en esa gira sino en los días previos.
Lo que ha perseguido a Claudia ha sido su propio dedo índice, el mismo con el que como espada blandiendo apuntó a la cara del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, para reclamarle furiosa y a gritos, por algo que en coro dijeron supuestos seguidores de Ebrard, en el momento que ella arribaba al recinto de la asamblea. El video mostraba, de cuerpo entero, a una mujer intolerante.
A Adán Augusto no le fue nada mal en Jalisco. Conectó fácilmente con quienes asistieron a las reuniones que le armaron, que, a decir de los organizadores, fueron más de 20 mil. Se mueve con soltura, sin la compostura del cargo. Los estudiantes reconocieron el discurso conciliatorio en la reunión con ellos.