Él es su Peor Enemigo

*Y los Inversionistas de la Unión Refrendaron su Histórica Visión Sobre Nosotros 

*Sí, Aquello de que los Mexicanos no son Confiables y son Desorganizados   

SILVESTRE VILLEGAS REVUELTAS

El pasado miércoles 24 de mayo Citi-Banamex informó que el banco no sería vendido a un solo postor, sino que en el 2025 el banco sería vendido en la bolsa de valores y con ello los múltiples posibles accionistas de la entidad financiera convertirían dicha institución en una “entidad pública”. Ello no quiere decir que Banamex pudiera pertenecer a un gobierno determinado, sino que sus dueños, valor en el mercado y venta de acciones se oferten públicamente.

¡¡Con los gringos no se juega y los titubeos de los postores mexicanos, como las últimas declaraciones del presidente López Obrador terminaron por hartar a los dueños estadounidenses del banco!! Si la idea original de AMLO era que Banamex quedara en manos mexicanas, la actual decisión en torno a su venta es lo más alejada a ello, porque serán los muy poderosos fondos de inversiones (donde lo mismo hay alemanes que qararíes, brasileños o koreanos) quienes entren a la puja, además de entidades financieras de Andorra, España, mexicanas, pero también de la India o China. El tiro le salió por la culata al señor presidente porque alardea y provoca cuando debió haberse quedado callado. Seguramente no sabe y ello lo entiende cualquier individuo que conoce la historia y el diario accionar de la banca: los banqueros son conservadores, no les gustan los escándalos, tampoco gustan de sobreexponerse y el periplo donde Germán Larrea tiene una dosis de culpabilidad, produjeron, una vez más en la bicentenaria historia de las relaciones mexicano-americanas, que los inversionistas de la Unión refrendaran su histórica visión sobre nosotros: los mexicanos no son confiables y siempre andan desorganizados.    

Asimismo el accionar de los actuales dueños de Citibanamex resulta que el actual precio de venta está muy castigado y existe el legítimo deseo de mejorar el precio del banco para un futuro cercano. A ello, deben agregarse los recientes procesos de ocupación temporal de secciones ferroviarias de Ferrosur entre Coatzacoalcos y Minatitlán y la nacionalización de terrenos en el Estado de México para terminar la conectividad de aeropuerto Felipe Ángeles.

Estimado lector, estoy haciendo una distinción: “ocupación temporal” en el caso del primero y “nacionalización” en el segundo episodio. Son distintas acciones, porque responden a propósitos distintos, pero el coro anti 4T no quiere distinguirlas porque la gritería genérica contra las nacionalizaciones responde muy bien a su agenda ideológica, y sobre todo le sirve a su golpeteo cotidiano.

Vamos a hacer un poco de historia. Cuando Colón y Cortés llegaron a América y al Imperio Mexica, ellos declararon que tales tierras pertenecían primero a Isabel de Castilla y luego al emperador Carlos I de España. Durante tres siglos, y ello está en la legislación novohispana, el dueño original del suelo y subsuelo era la Corona de España. Después del movimiento de la Independencia, y de acuerdo a la herencia jurídica española al respecto subrayó que el dueño original era la Nación; tanto durante la colonia como en la república se otorgaron muchísimas concesiones para operar y usufructuar (previo pago de impuestos) cientos de minas y miles de haciendas agrícolas, después se otorgaron concesiones a la construcción de vías férreas, puertos, caminos carreteros y más recientemente a la explotación de la radio, la televisión, la internet y un lindísimo etcétera. ¿Qué gobierno en los siglos XX y XXI no ha llevado a cabo expropiaciones en beneficio de obras públicas? Quizá Calderón fue el único que no lo hizo, pero en una vía contraria llevó a cabo, como sus inmediatos antecesores y sucesor Peña, la ruta de convertir en chatarra empresarial las muy pocas entidades públicas del gobierno mexicano, para venderlas barato a “sus amigotes” léase crony capitalism. 

El único momento que cambió la legislación mexicana respecto al dueño original del suelo y subsuelo fue durante el tránsito entre el gobierno de Manuel González y el largo porfiriato. La reforma constitucional señaló -a la manera angloestadounidense- que era el individuo o una compañía en específico quien podría convertirse en legítimo dueño de un puerto, de una mina, del petróleo. Por tal circunstancia las compañías petroleras de Inglaterra, Holanda y los Estados Unidos subrayaron después de la promulgación de la Constitución de 1917, que ellos habían adquirido campos petroleros bajo un marco jurídico positivo, de acuerdo a la legislación constitucional del momento. Estaban en lo correcto, pero el tema del pago de impuestos, el desacato frente al laudo de la Suprema Corte de Justicia mexicana precipitó que el gobierno de Cárdenas declarara de utilidad pública nacionalizar la industria petrolera. ¡¡Antes de la gritería actual que olvida muchas cosas, el mismísimo Agustín Carstens subrayaba que el gobierno mexicano era “adicto” a los millonarios recursos de PEMEX, ello para el buen funcionamiento de las finanzas gubernamentales!! Las nacionalizaciones son todo un tema que debe analizarse de manera individual.       

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