ALBERTO F. MENA MALLEN
Aunque ya llevamos un tercio de año (2023), solo hay visos de que el sistema de salud nacional va a paso lento para cumplir la promesa del presidente de que tendremos uno similar al de los países bajos, ya que apenas informaron de la creación del Centro de Almacenamiento y Distribución de Medicamentos e Insumos para la Salud “Chiapas de corazón”, con el que se pasó de un 40 por ciento de distribución de medicinas a un 98 por ciento, señalaron autoridades estatales.
Mexicanos radicados en Francia y Suiza, donde trabajan muy a gusto por las condiciones que se les ofrecieron para laborar en dichos países, comentaron que con los servicios de salud que ahí se ofrecen, totalmente gratuitos, no han tenido ningún problema que lamentar, ya que por ejemplo el papá de una de ellas, -que vive cerca de París-, con cáncer de próstata, ha salido adelante con la atención que recibe, aparte de que no han tenido ningún obstáculo para la entrega de los medicamentos que requieren para su atención.
En Suiza, la calidad de vida es altísima, por lo que están muy contentos de radicar en dicha nación, con servicios de salud totalmente gratuitos, señalaron otros amigos que ahí viven. Comentaron que solo han tenido ciertas situaciones como el de que se mudaron del área alemana a la francesa porque ahí son más cálidos en su trato con los vecinos; en cambio en la otra, la de los alemanes, son más secos y fríos para las relaciones sociales y humanas.
Esto porque son muy respetuosos de la vida de los demás, aparte de que son muy ordenados en sus labores y tareas, ya que, si van a una fiesta, siempre se retiran a una cierta hora para no importunar a quienes la ofrecen, así sea de cumpleaños o cualquier otro festejo que se celebre.
Señalaron que añoran la comida mexicana, misma que ya existe en muchas ciudades suizas, pero como la que aquí se prepara no hay comparación, incluso apuntaron que, para adquirir fruta, es un poco complicado, ya que además de cara, por ejemplo, no hay tantas variedades de mangos y que solo pueden comprar los llamados petacones, de los que de cinco uno sale en buen estado, el resto, no son tan comestibles cuando los abren.
Así que hubo oportunidad de que se engulleran tres mangos, que estaban en su punto de maduros, mismos que disfrutaron enormemente, aparte de que saborearon viandas con toques mexicanos que volverán a comer cuando vuelvan de vacaciones a México, país que visitan para estar cerca de la familia.
Aquí, en nuestro territorio, continúa el desabasto de medicamentos, tal como sucede con el ácido acetilsalicílico, en clínicas del Seguro Social, producto que lleva meses que no se surte a los pacientes u otros que a veces los entregan y a veces no porque no se les surte a las farmacias de esta institución, por lo que se tienen que adquirir en forma privada con el daño que ello ocasiona a las finanzas familiares.
Otro asunto que existe en el Seguro Social, es el de que quieren entregar a pacientes claves de medicamentos que están próximos a caducar por otros que ya se dan regularmente a los derecho-habientes; los doctores comentaron que continuarán otorgando las medicinas que se recetan a los pacientes para los males que los aquejan y solo en caso de que se requiera entregar los que están por caducar, lo harán.
Tal es el caso del Telmisartan de 40 miligramos, que tiene algunos meses que se receta por los galenos, pero que no hay existencia en las farmacias, por lo cual se tiene que entregar uno de 80 miligramos con hidroclorotiazida, y así pasa con otras medicinas que no se entregan ante la carencia de los mismos en las farmacias de esta institución pública.
Y no se diga de los especialistas en el IMSS, donde no hay citas para todos los pacientes, mismos que tienen años en espera de una de ellas para atender malestares de corazón o gástricos, como ejemplo, además de que, para sacar exámenes de laboratorio o Rayos X, las citas las dan posteriormente a las consultas con el médico familiar, quien es el que manda a los especialistas, por lo que tienen que esperar un mes más para tramitar su cita.
Todo ello se tiene que cubrir con pagos a servicios privados de salud o de laboratorio, para evitar que continúe la falta de una adecuada atención en el Seguro Social, mismos que son extremadamente caros, ya que, por tener una idea, para eliminar una catarata de ojo, el precio ronda entre los 15 a 25 mil pesos por cada uno o una cirugía de apéndice, su costo alcanza los 100 mil pesos.
Y aunque se repita por parte de las autoridades que tendremos, en este año, un excelente sistema de salud en México, comienzan las dudas por los acontecimientos que se presentan en diversas ciudades del país, como, por ejemplo, en la capital de México, pacientes que no son atendidos en los hospitales o que no tienen los medicamentos necesarios se manifestaron en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, ocasionando por horas problemas a viajeros.
Igualmente, en Acapulco, Guerrero, en el hospital del ISSSTE, los doctores tuvieron que operar sin energía eléctrica por espacio de unos 45 minutos ya que, señalaron quienes ahí trabajan, no les ha llegado la planta de emergencia que evite estos hechos que van en perjuicio de los enfermos y de los propios trabajadores.
En San Andrés Tuxtla, Veracruz, las fuertes lluvias provocaron destrozos en el hospital del IMSS por falta de mantenimiento o de atención de las autoridades correspondientes, aunque se informó que se trabajó normalmente a pesar de estos inconvenientes.
El hecho es que, si continúan este tipo de acontecimientos en el territorio nacional, con costos económicos que no se subsanaron a tiempo o por falta de una buena administración, será difícil llegar a un sistema de salud como el de los Países Bajos. Seguiremos esperando que se cumpla la promesa del señor presidente.
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