Campaña de Odio…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Después de ser desmentido públicamente por su jefe y paisano, soltó la diatriba: “lamento la campaña de odio”.

¿Cuál?… ¿en dónde?… ¿de parte de quién?

Ayer, las redes sociales eran benditas.

Hoy son algo mayor que malditas.

Son las vías de comunicación masiva que no puede controlar el Gobierno federal. Tampoco a la prensa “tradicional” ha logrado doblegarla y, por el contrario, ha proporcionado las armas para cuestionar el accionar gubernamental. 

Si el huésped temporal apenas se da cuenta de que tiene “muchos adversarios”, es que sus otros datos no son veraces.

Como, al parecer, no hubo contagio de Covid-19, tampoco infarto y menos una vida en peligro. Quienes ya tuvieron el contagio saben cuáles son los síntomas. Y por ello afirman, principalmente en Twitter seguido de Facebook, que todo fue manipulación para generar la compasión del pueblo “bueno” y sensibilizar al “malo”. 

Si el contagio no existió y tampoco el váguido, hay que admitir que la trama estuvo elaborada por expertos en sensibilidad humana. Hay quienes no comprenden las razones para inventar un presunto colapso. Y, sin embargo, sobran. 

Cuando menos durante las últimas dos semanas, el huésped temporal de Palacio Nacional ha estado sometido a enorme presión, lo mismo porque no tiene dinero para avanzar en el Tren Maya que por los anuncios y filtraciones de autoridades estadounidenses de su probable protección hacia los cárteles criminales, principalmente al de Sinaloa.

Incluso, ahora que “resucitó”, debe saber de la advertencia de la DEA: la próxima semana habrá bombas y no yucatecas que harán cimbrar el Virreinal edificio ubicado en la Plaza de la Constitución (de Cádiz), según la sapiente senadora Mónica Fernández Balboa.

La supuesta campaña de odio denunciada por el suplente del jefe y que ha quedado “encantado” con el encargo, tendría que sustentarla. Si alguien ha generado el discurso de odio es el presidente mexicano.

Es el primero en décadas en descalificar a las clases medias, mantener reyerta con los ricos, con excepción de dos o tres que realizan obras gracias a contratos por asignación, demeritar las instituciones e incluso intentar destruirlas. 

Sabemos, porque lo hizo público, que atender a los “pobres” es una “estrategia política”. El argumento: son los primeros que salen a defender al movimiento.

Y quizá cumpla con su promesa de “por el bien de todos, primero los pobres” y por ello haya incrementado su número en 3.5 millones en solamente 4 años. 

Más allá de las fantasías que se tejen en torno a su “excelente actuación” que lo “postró” durante cuatro días en los que el vacío de información se llenó con especulaciones y “campañas de odio”, hay que tratar de colocar los puntos sobre las íes y leer con claridad los mensajes.

Los videos presidenciales, como el del pasado miércoles, son utilizados para “tocar el corazón” de sus seguidores, fanáticos, acólitos, carentes de información real. 

Y también para “evaluar” de qué tamaño son las lealtades de sus corcholatas y empleados.

Lo concreto, lo que se puede demostrar, es que no hay campañas de odio por parte de los ciudadanos.

Existen desde el púlpito presidencial. Lo demostró hace 24 horas el huésped temporal del Palacio de Cobián.

¿Quién le prende fuego a la pradera?

Los ciudadanos no.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, jesusmichelnarvaez266@gmail.com, Facebook Jesus Michel, Twitter @msionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

 

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