La visita de Luiz Inácio Lula da Silva a China y sus declaraciones en Emiratos Árabes Unidos ahondaron las diferencias con Washington y evidenciaron la apuesta del presidente brasileño por reavivar el bloque de los emergentes, acercarse más a Pekín e intentar cambiar el orden mundial en medio de crecientes tensiones geopolíticas.
Ayer, el gobierno estadounidense afirmó que las declaraciones de Lula son “indignantes” y que con ellas Brasil renunció a la pretensión de neutralidad en sus discursos sobre la guerra de Ucrania.
“A pesar de declararse neutral en la disputa geopolítica entre Estados Unidos y China, Brasil parece haberse alineado claramente con China y Rusia”, consideraron miembros del gobierno de EU entrevistados por el diario Folha de Sao Paulo, quienes afirmaron que “los brasileños no sólo no han valorado el equilibrio en sus posiciones, sino que han adoptado una clara oposición a Washington”.
“No estamos presionando a Brasil a no tener relaciones con el régimen de Xi Jinping o a elegir a uno de los dos países, ya que Estados Unidos también tiene grandes intercambios con China”, indicaron, pero consideraron que el presidente, el ministro de asuntos exteriores, Mauro Vieira y el asesor especial del propio Lula, Celso Amorim, “han adoptado un tono de antagonismo contra Estados Unidos”.
Los miembros del gobierno de EU consideraron que lo “más problemático” es la visión de Lula de Estados Unidos como un obstáculo para acabar con la guerra de Ucrania y a China y Rusia como los países que van a finalizarla.
El presidente de Brasil aseguró que “Estados Unidos necesita dejar de incentivar la guerra y empezar a hablar de paz. Es necesario que la Unión Europea empiece a hablar de paz para que podamos convencer a Putin y Zelenski de que la paz es el interés de todos y que la guerra, por el momento, sólo interesa a ambos”. Antes de viajar a China, Lula insinuó que Ucrania ceda Crimea a Rusia.
Mientras que ayer en Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos, el izquierdista afirmó que tanto Rusia como Ucrania tomaron la decisión de ir a la guerra y que será “muy difícil” lograr la paz.
“La construcción de la guerra es más fácil que la salida porque la decisión de la guerra la tomaron los dos países. Ahora estamos intentando construir un grupo de países que no tengan ninguna implicación en la guerra, que desean construir la paz en el mundo, para hablar tanto de Rusia como de Ucrania”, afirmó.
Lula insistió en crear un “G20 por la paz” con la participación de países de Latinoamérica, además de China y Emiratos, y volvió a señalar a Estados Unidos y la Unión Europa por estar “contribuyendo” para la continuidad de la guerra.
Lula firmó unos 20 de acuerdos comerciales con Pekín, visitó instalaciones de la tecnológica Huawei, sancionada por EU al considerarla una herramienta de espionaje, y cuestionó el dólar como moneda dominante, además de pactar con China la promoción del comercio en yuanes.
Sobre Taiwán, Lula reforzó su posición de “una sola China”. “Taiwán es una parte inseparable del territorio chino”, afirmó en abierto antagonismo con EU.
En tanto, Rusia es el principal proveedor de fertilizantes para el sector agrícola brasileño, que tiene a China como primer destino de sus exportaciones. Un triángulo estratégico con dos potencias en el ojo del huracán. La gira de Lula se produjo después de haber sido recibido por Joe Biden en la Casa Blanca en febrero.a visita de Luiz Inácio Lula da Silva a China y sus declaraciones en Emiratos Árabes Unidos ahondaron las diferencias con Washington y evidenciaron la apuesta del presidente brasileño por reavivar el bloque de los emergentes, acercarse más a Pekín e intentar cambiar el orden mundial en medio de crecientes tensiones geopolíticas.
Ayer, el gobierno estadounidense afirmó que las declaraciones de Lula son “indignantes” y que con ellas Brasil renunció a la pretensión de neutralidad en sus discursos sobre la guerra de Ucrania.
“A pesar de declararse neutral en la disputa geopolítica entre Estados Unidos y China, Brasil parece haberse alineado claramente con China y Rusia”, consideraron miembros del gobierno de EU entrevistados por el diario Folha de Sao Paulo, quienes afirmaron que “los brasileños no sólo no han valorado el equilibrio en sus posiciones, sino que han adoptado una clara oposición a Washington”.
“No estamos presionando a Brasil a no tener relaciones con el régimen de Xi Jinping o a elegir a uno de los dos países, ya que Estados Unidos también tiene grandes intercambios con China”, indicaron, pero consideraron que el presidente, el ministro de asuntos exteriores, Mauro Vieira y el asesor especial del propio Lula, Celso Amorim, “han adoptado un tono de antagonismo contra Estados Unidos”.
Los miembros del gobierno de EU consideraron que lo “más problemático” es la visión de Lula de Estados Unidos como un obstáculo para acabar con la guerra de Ucrania y a China y Rusia como los países que van a finalizarla.
El presidente de Brasil aseguró que “Estados Unidos necesita dejar de incentivar la guerra y empezar a hablar de paz. Es necesario que la Unión Europea empiece a hablar de paz para que podamos convencer a Putin y Zelenski de que la paz es el interés de todos y que la guerra, por el momento, sólo interesa a ambos”. Antes de viajar a China, Lula insinuó que Ucrania ceda Crimea a Rusia.
Mientras que ayer en Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos, el izquierdista afirmó que tanto Rusia como Ucrania tomaron la decisión de ir a la guerra y que será “muy difícil” lograr la paz.
“La construcción de la guerra es más fácil que la salida porque la decisión de la guerra la tomaron los dos países. Ahora estamos intentando construir un grupo de países que no tengan ninguna implicación en la guerra, que desean construir la paz en el mundo, para hablar tanto de Rusia como de Ucrania”, afirmó.
Lula insistió en crear un “G20 por la paz” con la participación de países de Latinoamérica, además de China y Emiratos, y volvió a señalar a Estados Unidos y la Unión Europa por estar “contribuyendo” para la continuidad de la guerra.
Lula firmó unos 20 de acuerdos comerciales con Pekín, visitó instalaciones de la tecnológica Huawei, sancionada por EU al considerarla una herramienta de espionaje, y cuestionó el dólar como moneda dominante, además de pactar con China la promoción del comercio en yuanes.
Sobre Taiwán, Lula reforzó su posición de “una sola China”. “Taiwán es una parte inseparable del territorio chino”, afirmó en abierto antagonismo con EU.
En tanto, Rusia es el principal proveedor de fertilizantes para el sector agrícola brasileño, que tiene a China como primer destino de sus exportaciones. Un triángulo estratégico con dos potencias en el ojo del huracán. La gira de Lula se produjo después de haber sido recibido por Joe Biden en la Casa Blanca en febrero.