Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Dos hechos, una acción y una declaración formuladas por Alejandro Armenta Mier, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, llamaron la atención esta semana.
La primera, haber interpuesto la acción de inconstitucionalidad en nombre del Senado de la República, todo, para revirar la suspensión por tiempo indefinido, de 4 de las 7 leyes que conforman el paquete de reformas del mal llamado Plan B.
La segunda, repetir como Neto, el de don Carlos el ventrílocuo, las mismas palabras pronunciadas por el huésped temporal de Palacio Nacional, sin quitarle ni ponerle una coma.
Sobre la acción de inconstitucionalidad, es su facultad. Lo establece la Constitución. Los presidentes de las Cámaras al Congreso de la Unión, pueden y deben hacerlo cuando el o los casos lo ameriten.
No queda claro cuál es el interés del Senado, bueno la parte de Morena y aliados, en revertir la medida judicial. La Cámara alta no es afectada y si se apura un poco, no necesariamente es parte interesada. Aprobó las leyes con modificaciones y los diputados las ratificaron sin cambio alguno.
¿Cuál es el interés jurídico del Senado, como Cámara, para solicitar la reversión de la medida?
Se entiende que muchos de los congresistas de Morena en el oropelesco edificio senatorial, sean “leales a morir” a su jefe, el jefe de la banda -presidencial- y que se prestan al ridículo. Otros, como Ricardo Monreal, osa votar en contra rebelarse cuando las iniciativas violentan no es el espíritu sino la letra de la Constitución.
La segunda es una declaración en la que, como se dijo desde el púlpito guinda, el 75% por ciento del fentanilo que llega a Estados Unidos cruza por la frontera con Canadá. Sin tener hipo, repite textualmente lo dicho el lunes. ¿No hay otra forma de agradarle al tabasqueño? Ser copión no deja resultados alentadores. Y menos si se plagia los dichos, aunque no estén registrados en el Derecho de Autor. Aunque en política como en la guerra todo se vale, no es apreciada la pérdida de la dignidad en aras de conseguir un hueso sexenal. Ser muñeco de ventrílocuo, no paga.
Armenta quiere ser gobernador de Puebla y, por lo escuchado, visto y leído, no tiene ápice de sonrojo por sus acciones.
Cree que halagando al presidente se le allanará el camino para llegar a la Ciudad de los Ángeles, hasta hace poco gobernada por un demonio.
No solamente él busca ser el candidato y después el mandatario. Su pariente, Ignacio Velazco Mier, coordinador de los guida y al mismo tiempo presidente de la Junta de Coordinación Política, tiene como meta ocupar la Casa Aguayo. Y del partido gobernante se apuntan también Ignacio Mier que, según encuestas, se encuentra en segundo lugar de preferencias, seguido por Claudia Rivera, Olivia Salomón y Melitón Lozano.
Por las oposiciones están apuntados 7. Del PAN son 4. A saber: PAN Eduardo Rivera, Javier Lozano y muy atrás Ana Tere Aranda y Humberto Aguilar
El defenestrado PRI por los hechos de Mario Marín, el último gobernador de la entidad en el siglo XXI, están, muy parejos, Blanca Alcalá, Jorge Estefan Chidiac y en el cabús de la encuesta, Diego Levi.
Sean quienes fueren los candidatos de las oposiciones, Armenta no la tendrá fácil. Bueno, eso si su familiar no lo desplaza, aunque pesa en el ánimo presidencial -que sí tiene el dedo flamígero o bondadoso- los fracasos legislativos en las reformas que le interesaban al inquilino de Palacio.
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