POR ARGENTUM
Si leemos entre líneas lo que ocurrió con dos de las cuatro corcholatas, podemos anticiparnos al rumbo que tomarían en la carrera electoral.
En estos últimos días sucedió lo que pudiera considerarse como el cambio de rumbo de dos de las cuatro corcholatas. Es decir, dos de ellas pareciera que seguirán rodando, pero no en el cauce marcado por MORENA.
Primero fue Ricardo Monreal. El pasado sábado 18 de marzo, día de la expropiación petrolera, Ricardo Monreal salió del Senado para reunirse con algunas decenas de simpatizantes que apoyan su proyecto político, mismos que había convocado con antelación para juntos dirigirse al evento que presidiría el presidente de la República.
Cuando salió del Senado de la República y se paró frente a ellos, además de saludarlos y agradecerles su asistencia y los vítores deseándole logre la candidatura por el partido en el que milita; trató de articular un discurso pretendiendo combinar lo que ese día se celebraba y alguna opinión personal de su proyecto político.
Posteriormente, intentó encabezar a sus seguidores rumbo al Zócalo, pero algo lo hizo desistir y sin ofrecer alguna explicación, se alejó del grupo con rumbo desconocido.
Al Zócalo no llegó. Las especulaciones no se hicieron esperar.
El caso de Marcelo Ebrard estuvo más que cantado.
El Canciller presentó su libro el pasado martes en el Palacio de Minería, en el cuál menciona por qué quiere ser presidente de este país, y otros detalles personales.
Lo que destacó es que como presentadores de su obra literaria invitó a la escritora Elena Poniatowska y al periodista y académico Ricardo Raphael, quienes por sus contundentes críticas al presidente López Obrador han provocado fuertes respuestas del mandatario, principalmente al columnista de la Revista Proceso.
El sábado 18 de este mes de marzo, López Obrador señaló que el general Lázaro Cárdenas se equivocó al elegir como sucesor al general conservador Manuel Ávila Camacho y no al radical Francisco J. Mújica. Agregó que él no incurriría en ese error para darle continuidad a su movimiento de la 4T. Algunos supusieron que el mensaje llevaba dedicatoria. Tal vez Marcelo se dio por aludido y armó la presentación de su libro biográfico invitando a los mencionados personajes que al presidente le provocan sinsabores.
Si bien es cierto que ya se venía especulando que el gran elector no apuntaría su dedo hacia Ebrard porque no le garantizaría la continuidad de su proyecto transexenal, a partir del evento literario en el Palacio de Minería las posibilidades para Marcelo de ganar la encuesta interna, quedarían más que canceladas.