Los sindicatos franceses anunciaron que no pretenden renunciar a las protestas contra el Gobierno de Emmanuel Macron para que anule la reforma de las pensiones y protagonizan este martes una nueva jornada de manifestaciones a lo largo del país europeo.
Un comunicado de prensa de la Central General de Trabajadores (CGT) expresa que “Nada socava la determinación de los trabajadores, privados de empleo, jóvenes y jubilados”, en respuesta al rechazo de las mociones de censura presentadas por los parlamentarios.
El rechazo de esta moción de censura ante la aprobación por decreto de la reforma de pensiones, “por unos pocos votos, ¡no cambia nada! Todos, sin excepción, consideran esta reforma injustificada, injusta y brutal”, prosigue la nota del segundo sindicato francés.
La CGT llama, por tanto, a «ampliar las movilizaciones», y a «participar masivamente en los paros renovables y las manifestaciones» del jueves «y después, si es necesario». En efecto, la intersindical convocó la semana pasada a una nueva jornada de huelgas y manifestaciones, la novena, que se extenderá, como mínimo hasta el 23 de marzo.
El secretario general de otro de los gremios franceses, la CFDT, Laurent Berger, también llamó a los empleados a «movilizarse el jueves, en el marco de la intersindical, en el mismo sentido de responsabilidad» que desde enero para solicitar la retirada de la reforma.
Berger también dijo estar preocupado por la «ira» y la «violencia» que podría expresarse a raíz de la aprobación de una ley que «no tiene mayoría en la Asamblea Nacional», al tiempo que afirmó que los sindicatos no serían «responsables de qué pasaría que no estaría bajo órdenes sindicales».
“Estamos en proceso de crear por diez mil millones de euros (…) la mayor crisis social de los últimos diez años y la mayor crisis política de los últimos veinte o treinta años, no vale la pena”, advirtió. Laurent Berger también recordó que se tomaría el Consejo Constitucional y se lanzaría un referéndum de iniciativa compartida, con el apoyo de los sindicatos .
Asimismo, consideró que “nada es seguro”, y llamó al presidente de la República a no promulgar la ley. Deseó «un poderoso día de huelgas y manifestaciones el jueves». “El movimiento social tiene más legitimidad que nunca para impugnar una ley dictada vigente, sin mayoría en la Asamblea Nacional ya pesar de la muy fuerte oposición que encuentra en la población”, afirmó. (Telesur)
