“Close”

 

La Amistad Infantil  

O Inocente Amor

HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO

“Close”, película belga dirigida por Lukas Dhont, protagonizada por Eden Dambrine (Léo), Gustav de Waele (Rémi), Émilie Dequenne (Sophie), Léa Drucker (Nathalie) e Igor van Dessel (Charlie); la cinta se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Cannes el 26 de mayo de 2022, donde fue galardonada con el Gran Premio del Jurado.

Léo y Rémi, dos chicos de 13 años, siempre han sido increíblemente cercanos y se conocen de toda la vida, pero se distancian después de que sus compañeros de escuela cuestionan su relación; cuando ocurre una tragedia, Léo se acerca entonces a Sophie, la madre de Rémi, para confrontar por qué se distanció de su amigo más cercano.

La película entra en el llamado género de coming-of-age y explora la estrecha amistad entre dos niños en plena transición hacia la adolescencia; la incomprensión de los inocentes sentimientos y de cómo afrontar el reconcomio de culpa.

LA ECLOSIÓN 

ESTIVAL

Léo y Rémi llevan una amistad de años, para ellos el verano es jugar, correr a través de llanos y bosques, recorrer en bicicleta los pequeños senderos del campo, hacer bromas simplonas, quedarse a dormir en casa del otro, ser considerado como un segundo hijo para sus respectivas familias, esa es la vida cuando se tiene 13 años.

Bastan pocos minutos para conocer a los dos personajes centrales de la historia, saber que la niñez es un tesoro moldeable, que se debe cuidar y sobre todo respetar; la personalidad de estos menores se está formando entre sentimientos propios y patrones sociales impuestos; es difícil definir desde un principio si lo que existe entre estos chicos es una estrecha amistad o un sentimiento de afecto.

De regreso a clases, este estado de confusión se hace más patente cuando una compañera de escuela pregunta: ¿Son pareja?

Este sentimiento de cercanía entre los dos niños nunca será comprendido en una sociedad con parámetros definidos, y no es que haya intolerancia, al menos en la niña que preguntó, pero es obvio que en ella hay un esquema de preferencia sexual que se define por el trato social que se presenta en sociedad.

CONFUSIÓN DE 

SENTIMIENTOS

Léo comienza un trato distante con su amigo, ahora junta con chicos más viriles, habla de fútbol y practica hockey sobre hielo, pero secretamente se siente culpable de esta traición que afecta cada vez más a Rémi.

Es claro que hay una confusión de sentimientos, pero no está dispuesto a ser segregado del grupo o de ser víctima de bullying, sabe que aceptando el rol social que le asigna su género pasará desapercibido, estará integrado y no segregado.

La Suprema Corte ha proscrito la discriminación contra los menores, por razones que atenten contra su dignidad intrínseca; así que las autoridades están obligadas a adoptar medidas de protección especial para hacer efectivos los derechos de los menores de edad que se encuentren en una situación de vulnerabilidad -dentro de las que se menciona la «preferencia sexual»-.

Hay una novela de Stefan Zweig llamada precisamente “La confusión de sentimientos” (1927), donde el protagonista es el joven estudiante Roland, que se ha convertido en asistente de su profesor, y constantemente se pregunta por qué no es digno del interés de una persona tan maravillosa como el admirado maestro, ¿tan despreciable lo considera? La respuesta la tendrá cuando en el otoño de su vida, se convierte a su vez en un respetado profesor.

Cuando se está en la transición de la adolescencia es impensable que un niño tendrá un buen manejo de sus sentimientos, por ello se requiere de ayuda de psicólogos pediátricos y pedagogos.

SENTIMIENTOS 

QUE MATAN

Rémi resiente ese alejamiento y rechazo de su amigo Léo, quien ya no lo hace partícipe de sus actividades y busca distraerse con sus compañeros del equipo de hockey, al grado que ahora acude a la casa de un nuevo compañero.

La confusión para Rémi es por partida doble, pues, tampoco ha definido si sólo se trata de una amistad o hay algo más, pero a ello se aúna el inexplicable distanciamiento de su amigo, y cuando le pide una explicación ello termina en golpes.

“Los sentimientos son tan inocentes como las armas blancas”, frase de Mario Benedetti, y así suele suceder, ambos llegan a matar.

Rémi no asiste a un paseo escolar, los niños y maestros no resienten su ausencia, a excepción de Léo; de regreso a la escuela, los infantes son informados que deben reunirse con sus padres al salón de eventos, y Nathalie, madre de Léo, le informa que Rémi ya no está con ellos.

Una forma de sutil de informar que el niño ha muerto; la ingenuidad e inocencia de los dos menores ha sido presa de los demás, y ha llegado a una fatal consecuencia.

UN SENTIMIENTO 

DE CULPA

En Léo hay un sentimiento de culpa, el romper abruptamente su amistad con Rémi pudo haber sido el detonante de la tragedia, ahora está lleno de rabia y rencor, no contra los demás sino contra él mismo; su hermano Charlie es ahora su compañero que lo consuela y abraza.

Para un adulto es difícil superar el sentimiento de culpa de la muerte de alguien; y para un menor, es inimaginable esa carga emocional solo de pensar ser el causante del deceso de un amigo.

La cinta no muestra escenas de llanto descontrolado por parte del personaje de Léo, pero la contención es algo mucho más difícil de llevar y sobreponerse.

Con la noticia Léo deja de tener sentimientos, no sabe cómo procesar un dolor interno y una culpabilidad inédita a su edad, lo cual bloquea cualquier asepsia emocional; su vida se ha puesto en pausa.

El término asepsia significa ausencia o falta de materia séptica, es decir, de alguna bacteria o microbios que puedan causar infección; pero en psicología, la asepsia se refiere a la ausencia de sentimientos o emoción.

Cuando en una relación aparece un conflicto, el primer impulso es pensar en qué es lo que hay que hacer, pero nunca se reflexiona sobre lo qué no hay que hacer; y de ello se ocupa la asepsia emocional, que es cuestionarse suficientemente cuáles son las consecuencias de las palabras, comportamientos o actitudes propias dentro de una relación; siempre se busca la causa en el otro, y nunca en uno mismo.

Léo no tiene que llegar al otoño de su vida para lograr salir de ese sentimiento de culpa, basta con acercarse a Sophie, la mamá de Rémi, y confesar el distanciamiento provocado por él mismo.

Es claro que los menores a esa edad no son capaces de codificar si son mejores amigos, familia o pareja, pero ése no es el pecado, la falla está en la masculinidad tóxica, esa que interioriza la homofobia desde niño, esa que proscribe la identidad propia y que estandariza ideas preconcebidas en la sociedad.

El espectador se ve reflejado en cuanto a su responsabilidad por permitir la masculinidad tóxica; pero ¿en qué momento se debe platicar con los menores sobre la confusión de sentimientos?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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