Ante su fracaso por imponer a la ministra Yasmín Esquivel Mossa como presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el presidente Andrés Manuel López Obrador, le dio vuelta a la tortilla y aseguró que “la señora presidenta de la Corte, para hablar en plata, está por mí de presidenta, porque antes el presidente ponía y quitaba a su antojo al presidente de la Corte”.
El 2 de enero pasado, Norma Piña Hernández fue electa por los ministros de la Corte como presidenta de la Corte y del Consejo de la Judicatura Federal.
El presidente comentó que antes la “regla de oro” desde la época del Porfiriato era que el titular del Ejecutivo Federal decidiera quién encabezaba la presidencia de la Corte. (Él lo intentó, pero fracasó).
Por ello, consideró que México está atravesando por un momento excepcional, en el que no hay imposiciones.
“Estamos viviendo un momento extraordinario. ¿Por qué?, porque nos hace libres. Si se tienen empleados en la Corte y hay corrupción de jueces, ¿yo me tengo que quedar callado? Entonces, si somos independientes, podemos hablar, de por sí a mí no me gusta ser tapadera de nadie, nunca lo he sido”, comentó.