Por VICTOR ALARCÓN OLGUÍN
Profesor e Investigador de la UAM. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores.
Consumatum Est. La ministra Norma Piña será quien presida a la SCJN por los siguientes 4 años. Un resultado complicado e incierto hasta el último momento, tal y como la nueva presidenta lo señaló en su intervención inaugural.
Un resultado estrecho decidido en tres rondas de votación en donde de 5 postulaciones presentadas inicialmente en la primera de ellas (encabezadas por Piña con 3 votos), se pasó a una segunda donde lidereó Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena con 4 frente a los 3 que mantuvo Piña; y finalmente se tuvo una tercera vuelta donde Piña terminó ganando 6 a 5.
En una opinión puesta previamente indiqué que justamente éste sería el escenario numérico más probable de triunfo debido a la existencia de 2 bloques formales, uno de integrantes pre 4T (7 miembros) y otro por quienes llegaron gracias al presidente AMLO (4 miembros). De los primeros 7 uno se colocó relativamente cercano a AMLO (el actual presidente Salvídar) con lo que el piso 4T se elevó a 5.
Pero se necesitaba un sexto voto. De ahí que a pesar de las aspiraciones iniciales de Yazmín Esquivel (quien naufragó estrepitosamente a pesar de su discurso en descargo previo al inicio de la votación), desde días pasados trascendió que la Secretaría de Gobernación había hecho acercamientos con el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena para efecto de tenerlo como candidato alterno y quizás aceptable (como pasó con el presidente saliente Salvidar) para negociar con el bloque pre 4T. Hasta aquí podría pensarse que los números eran firmes.
Y esto era así dado que el bloque pre 4T presentó 3 candidaturas: Piña, Láynez y Pérez Dayán, lo cual en una primera ronda hubiera facilitado triunfar dada esa dispersión. La sorpresa fue en la primera ronda Piña tuvo 3 votos y los otros 4 candidatos 2 cada uno. Esto es, resultó que el bloque 4T no tenía consenso previo, sea por no apoyar a Esquivel (solo uno más lo hizo) y tampoco a Ortiz Mena, terminando incluso apoyando a otros 2 candidatos.
La segunda ronda fue más ilustrativa, dándose ahora la concentración de votos hacia Piña y Gutiérrez Ortiz Mena, pero donde Esquivel y Pérez Dayán ya solo votaron por sí mismos, mientras que Láynez conservó sus 2 votos. La tercera ronda permitió ver con más nitidez el escenario original estudiado por un servidor de que habría un ganador 6-5.
En este caso, el bloque pre 4T (quitando a Salvidar y Gutiérrez Ortiz Mena) son 5 (Aguilar, Pérez Dayán, Láynez, Pardo Rebolledo y Piña). Se puede deducir que el piso de Piña con 3 votos partió de su voto propio, más el de Aguilar y Pardo Rebolledo, dado que los otros 2 eran candidatos y siguieron votando por sí mismos). El bloque 4T de 4 votos de la segunda ronda podría ubicarse con Ortiz Mena (que vota por sí mismo), sumando a Ríos Farjat, Loretta Ortiz, y a Salvidar o González Alcántara. (Este último considero es con altísimas probabilidades el actor decisivo al final).
En la última ronda, se puede inferir, siguiendo la hipótesis de los bloques, que el voto de Pérez Dayán y los 2 de Láynez se movieron a favor de Piña, mientras que Esquivel obviamente se desplazó hacia Ortiz Mena. ¿Quién era el otro voto que venía apoyando a Láynez? Yo creo poco probable que fuera Salvidar y eso nos hace pensar en el ministro González Alcántara, un integrante que en fechas recientes ya no se ha mantenido alineado e incluso ha sido fuertemente criticado por el presidente AMLO, al igual que la ministra Ríos Farjat, pero yo me inclino más por el primero.
Desde luego, la hipótesis de los bloques pudiera ser cuestionada por un argumento que considere un total movimiento libre de los votantes y que los patrones hayan estado más fundados en cercanías muy personalizadas, lo que haría entonces complejo (y casi imposible) modelar e identificar entonces de primera instancia algún patrón de voto. Pero bueno, esto sin duda abre interesantes rutas para emprender análisis exhaustivos más allá de la propia coyuntura. De eso se trata la Ciencia Política.
Al margen de lo anterior, lo importante aquí es que se dio una decisión que ciertamente no será del agrado del presidente AMLO. Serán dos años complejos en la relación entre ambos poderes, y que veremos cómo evoluciona a la luz de las controversias y acciones a ser discutidas en este periodo.