Si bien los carros de combate más empleados por el Ejército ruso en la operación militar especial son de momento los T-72 en sus distintas modificaciones, también participan de forma activa los llamados «tanques a reacción» T-80.
Este apodo se debe a su planta motriz única, la máquina es propulsada por una turbina de gas en lugar de un motor de combustión interna convencional. Esta solución técnica le proporciona al T-80 una serie de ventajas.
En primer lugar, se trata de un motor muy potente, razón por la cual estos tanques son muy veloces. Según las tripulaciones que se encuentran en la zona de combate, alcanzan fácilmente una velocidad de entre 70 y 80 km/h sobre carreteras en mal estado. Actualmente, solo los T-72B3M en su versión de 2022 y los T-90M lo superan en potencia, pero dadas las particularidades de su turbina de gas, el T-80 en sus últimas modificaciones sigue siendo el más veloz.
Luego está su capacidad de usar distintos tipos de combustible. En verano se usa el diésel, mientras que en invierno se emplea el queroseno. Esta es una ventaja importante para un carro de combate que opera en condiciones de frío extremo, pues con temperaturas muy bajas puede ser difícil arrancar un motor diésel que necesita ser precalentado por otros medios.
Otra de las valiosas ventajas que posee este tanque es el hecho de que es muy silencioso en proyección frontal. Según explican las tripulaciones, el enemigo tarda más tiempo en darse cuenta de que se le acercan los T-80 en comparación con los tanques propulsados por los motores diésel.
En cuanto al armamento, el T-80 es un tanque ruso convencional: tiene un cañón liso de 125 mm, una ametralladora coaxial de 7,62 mm y una ametralladora antiaérea de 12,7 mm.
Información: @Sputnik
Foto: CC BY 4.0 / El Ministerio de Defensa de Rusia