SANTA CRUZ (Sputnik) — El presidente de Bolivia, Luis Arce, cambió el alto mando militar, en medio de conflictos sociales y la amenaza de un «nuevo golpe de Estado», como el ocurrido en 2019. Agregó que su país «se encuentra nuevamente amenazada por aquellos que, incapaces de aportar a la democracia, apuestan por la confrontación y violencia».
«Hoy ponen en movimiento una estrategia para reeditar el golpe de Estado de 2019, se habla de marchas y de un proceso de facto, y no de un proceso de pacto social para cambiar nuestro Estado. Eso se llama atentar contra la integridad nacional. La misión de las Fuerzas Armadas es defender la independencia y la unidad de nuestro territorio», afirmó, en su discurso en La Paz.
El Gobierno de Arce enfrenta actualmente un paro de actividades para exigir un censo de población en 2023, que ya suma 11 días en la mayor ciudad boliviana, como es Santa Cruz (este), que también es bastión de la oposición.
«Hoy, Bolivia se encuentra nuevamente amenazada por aquellos que, incapaces de aportar a la democracia, apuestan por la confrontación y violencia. Poniendo en peligro la convivencia democrática», manifestó.
Arce, que también ostenta el cargo de capitán general de las Fuerzas Armadas, posesionó al general Hugo Eduardo Arandia como comandante en jefe, el contralmirante Gonzalo Brigadiel como jefe de Estado Mayor, Marcelo Zegarra como jefe de la Fuerza Aérea, Juan Arnéz como jefe de la Fuerza Naval y Juan José Zuñiga como jefe del Ejército.
El mandatario hizo alusión al golpe de 2019, cuando el expresidente Evo Morales (2006-2019) fue obligado a renunciar en medio de protestas sociales, sublevación de la Policía y sugerencia de las Fuerzas Armadas.
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