NIDIA MARIN
“Al mejor postor”. Campea en México la frase que está convirtiendo a miles de jóvenes (y hasta niños) en gatilleros, en seres de doble filo, en ejecutores, en verdugos, en asesinos pues.
Esa triste realidad, si bien ya había sido incubada en sexenios anteriores, hoy se ha desbocado y campea a sus anchas en toda la República Mexicana, donde un día sí y al siguiente también son asesinados, a pedido, a diestra y siniestra, alcaldes, políticos, periodistas, funcionarios (sobre todo de Morena), empresarios, legisladores, candidatos, policías, médicos, estudiantes de todos los niveles, hasta de primaria y en fin la sangre corre en todo el país, mientras los verde olivo que se supone deberían llevar a cabo las labores de seguridad, simplemente llegan tarde (si es que llegan) a “resguardar la escena del crimen”. ¿Para que no se sepa quién fue?
Lamentablemente hoy México (sus jóvenes, sobre todo) se está pudriendo en manos de Morena, con una educación destruida desde la más alta esfera gubernamental, una economía en picada, de la misma manera que el sistema de salud, agresiones constantes en contra de diversos grupos o personas, majaderías y advertencias.
Y los carteles están a sus anchas en la entidad que fuere. Pagan por amedrentar, por asesinar, sin que haya nadie que les haga frente, porque además hay gente de Morena coludida. De ahí las confrontaciones internas entre los militantes, que a la vez son integrantes de carteles.
¿Se convertirán en uno de los más importantes sectores del partido guinda? Es posible, ya copan y mandan a una buena parte de los que se dicen militantes.
Hoy, los hechos de Puerto Vallarta desnudan lo que está sucediendo en casi todo México con los morenos. Y allá por Jalisco se desconoce si la gallina cloquea, pero sigue matando desde ex gobernadores hasta jefes de gabinete locales del inepto partido en el poder.
Ciertamente, como dicen sus contrapartes, “es un partido plagado de extorsionadores en cash y como fuere, de delincuentes disfrazados de políticos y de seguidores del delincuente mayor, irrespetuosos con los estudiosos y aquellos de las distintas corrientes de pensamiento”.
De ahí que hoy, “al mejor postor”, es una forma utilizada por miles de mexicanos (y hasta de extranjeros en nuestro país) para ganarse la vida en la República, al final de cuentas la justicia actualmente responde a la misma frase.
Sí, al mejor postor, mientras la sangre que sale a borbotones y corre como río persistirá porque la orden es: “abrazos no balazos”.
Y todo ello sucede mientras hoy se construye una dictadura, sea de partido o de ya saben quién; una dictadura apoyada desde el verde olivo, sector con las manos amarradas a punta de disparos de cash.
Y todo ocurre mientras la música de acompañamiento, los engañabobos siguen el macabro juego palaciego. ¿O no señora corcholata? ¿O no señor calaverota? ¿O no manipulador del paraíso?
Internacionalmente estos hechos que suceden en México son censurados. Desde principios de siglo las Naciones Unidas suscribieron en Palermo (Italia) la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional. En aquel tiempo dijo Kofi Anan que la comunidad internacional: “…demostró la voluntad política de abordar un problema mundial con una reacción mundial”.
Señaló también:
“Si el imperio de la ley se ve socavado no sólo en un país, sino en muchos países, quienes lo defienden no se pueden limitar a emplear únicamente medios y árbitros nacionales”.
2022 ha sido en México un año fatal. De acuerdo a la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, en junio pasado, 67.4 % de la población de 18 años y más residente en 75 ciudades de interés consideró que es inseguro vivir en su ciudad.
En aquel momento (hoy es peor) la percepción de inseguridad en espacios físicos específicos, un 76.5 % de la población manifestó sentirse insegura en los cajeros automáticos localizados en la vía pública; 70.9 %, en el transporte público; 62.6 %, en el banco y 59.5 %, en las calles que habitualmente usa.
Y desde entonces 34.6 % de la población de 18 años y más, consideró que en los próximos 12 meses, la situación de la delincuencia e inseguridad en su ciudad seguirá igual de mal. Además 28.5 % de la población señaló que la situación empeorará en los próximos 12 meses.
Y no se equivocó faltan tan sólo dos meses para que concluya el año y la sangre sigue corriendo, ahora en restaurantes, hoteles y lugares públicos, sin que las autoridades actúen.
¡Pobre México!
¡Y pobres de nosotros los mexicanos!
