Miles de franceses se van a huelga por inflación y bajos salarios

La huelga para reclamar subidas salariales convocada este martes en Francia por una parte de los sindicatos tuvo un alcance limitado, pero amenaza con prolongarse, en particular en el sector petrolero y de la energía, donde lleva enquistada desde hace semanas, y en el transporte público.

El secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) y líder de la protesta, Philippe Martínez, subrayó en la manifestación organizada en París su reivindicación principal: la cuestión de los salarios, que es la «prioridad número uno de los franceses».

Martínez reiteró su reclamación de un aumento del salario mínimo (el objetivo es llegar a dos mil euros brutos mensuales, frente a los mil 678.95 actuales) y la «indexación» del resto de los sueldos con el costo de la vida para que no pierdan poder adquisitivo, algo «más que urgente».

El líder sindical recordó que la jornada de hoy, en la que además de los paros había convocadas «cerca de 200» manifestaciones en todo el país, según la CGT, es una continuación de la que hubo el 29 de septiembre, que se ha prolongado desde entonces con paros sectoriales, en particular en las refinerías.

Martínez aseguró además que la huelga tendrá continuidad y aún sin entrar en detalles mientras no se pronuncien los trabajadores, dio a entender que la movilización se podría mantener en el sector petrolero y en los ferrocarriles.

«Cuando la discusión no basta, hay que dar un paso más», afirmó el líder sindical, que se quejó de los vaivenes de las posiciones de los miembros del Gobierno, después de que este martes el ministro de Interior, Gérald Darmanin, pidiera a la patronal que «aumente los salarios cuando es posible» porque «hay un problema de salarios» en Francia.

Uno de los aspectos más visibles de esta jornada de huelga fue, como es habitual, el transporte público, donde hubo perturbaciones, pero en ningún caso generalizadas.

En los ferrocarriles, el mayor impacto se dio en los trenes regionales, ya que sólo circularon la mitad, y también en las cercanías de París (en algunas líneas se anularon una cuarta parte de los servicios habituales) o en los autobuses de la capital, ya que se suprimieron un tercio del total. En el metro la situación fue casi normal.

Como ocurre desde hace más de dos semanas, los paros en las refinerías y en los depósitos de carburante mantuvieron cerca del 30 por ciento de las gasolineras del país sin abastecimiento de al menos un tipo de combustible.

El gobierno francés anunció que un día más iba a recurrir a la movilización forzosa de personal huelguista para desbloquear algunos depósitos de carburante.

El Ministerio de Educación indicó a mediodía que apenas algo más del seis por ciento de los docentes se habían declarado en paro.

Según una encuesta del instituto demoscópico Elabe, un 49 por ciento estaban en contra de esta movilización liderada por la CGT y apoyada también por otras tres centrales minoritarias, pero a la que no se ha sumado el principal sindicato del país, la Confederación Francesa Democrática de Trabajadores

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