Mohamed Mbougar Sarr. La más recóndita memoria de los hombres. Editorial Anagrama, Barcelona. 2022, 448 páginas.
DAVID MARKLIMO
Suena un poco repetitivo, pues casi todas las reseñas de este libro señalan eso, pero es una gran verdad. Esta novela es una heredera de Los detectives Salvajes, de Roberto Bolaño. Lo increíble es que el autor es francófono, alejado de la realidad de la Ciudad de México y de otras partes de Iberoamérica. No se habla de los infrarrealistas ni de ir en la búsqueda de Cesárea Tinajero a Sonora. Pero sí, es un libro que está basado en la obsesión de un autor por otro libro.
A ver, dicho de manera simple, la novela La más Recóndita Memoria de los Hombres, del autor senegalés Mohamed Mbougar Sarr es una verdadera obra de arte. La trama parece simple: la pista de un misterioso libro, El laberinto de lo inhumano, publicado en 1938 por T.C. Elimane, quien ha sido calificado como el Rimbaud negro, pues comparte con el poeta francés un descenso a los infiernos. La obra de Mbougar es también el reflejo de ese rastreo, de intentar dar con ese libro que suscitó admiración y más tarde ira, pues se supo que era fruto del plagio. El intentar dar con el libro recuerda esa búsqueda de Tinajero en Los detectives salvajes: como lectores, más que por su programa estético, del que no se dice nada, el libro de Elimane nos atrae por su invisibilidad y su misterio.
Perseguir un libro maldito es iniciar un viaje sin retorno a los lugares más recónditos del alma humana. Gracias a la ayuda de una serie de personajes, entre ellos una enigmática mujer y un grupo de jóvenes escritores africanos, nuestro protagonista irá tirando de múltiples hilos, como si fuese Teseo después de matar al Minotauro. Diégane Latyr Faye, el protagonista, se embarca en un viaje en busca de un mito y, como todo héroe, también de sí mismo. Las pistas le llevan al Buenos Aires de la revista Sur, a Gombrowicz y a Sábato, a supuestos actos de brujería, a un hombre dividido entre dos culturas, a los fantasmas del pasado y también a los del presente. ¿Qué fue de Elimane? ¿Qué se ocultaba tras el escándalo que hundió su carrera? Se ha dicho que es una obra polifacética: es una novela de aventuras, de amor, de pasiones desenfrenadas, colonial y, por supuesto, de raza. Quizá no mentiríamos si dijésemos que los tres temas centrales de la novela son la juventud, el amor y la muerte. La búsqueda, al fin y al cabo, no es más que una excusa para exponer a relaciones humanas y a la identidad.
Sobre todas las cosas, es una obra sobre la literatura y acerca de la propia literatura, una carta de amor cuyo universo comienza y termina en las letras, que hace reflexionar sobre la propia creación artística y los límites de la copia frente a la inspiración. La más recóndita memoria de los hombres no es un texto complicado. Más bien al contrario. Las primeras páginas, en la que se nos narran las pesquisas de ese libro perdido de Elimane son abrumadoras. El ritmo del libro es rápido, terrible, vertiginoso. Resulta tan increíble ese principio que sólo faltó que lo narrara García Madero, el primer narrador de Los detectives Salvajes. Hay una soberbia estructura entre el recorrido del protagonista y las reflexiones sobre la literatura que es imposible detenerse y reflexionar sobre la magnifica obra de arte que se tiene delante. Sin ninguna duda, la novela es la historia de una fascinación desmedida y de cuántas pesadillas estamos dispuestos a soportar para obtener lo que deseamos.
A fin de cuentas, estamos ante la desgarradora búsqueda de una generación que ha estado buscando en el vacío y que, en un país sin futuro, sólo parece encontrar respuesta en un pasado ya perdido. Tristísimo.
La obra recibió el premio Goncourt, el más importante de las letras francesas, en 2021.
