Los Dados de Dios
NIDIA MARIN
Repartiéndose el cielo, con fines de espionaje en la tierra.
Ese sería el fondo de lo que hoy sucede en la competencia que llevan a cabo Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea y China con sus satélites, los cuales en total suman 121.
Sin embargo, satélites de todo tipo han sido lanzados más de 5,000, de acuerdo a la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior (UNOOSA).
Pero los del pleito mundial de la actualidad son los otros, ya que Rusia pretende establecer más estaciones terrestres cuya misión, se supone, es comunicarse en tiempo real con los satélites.
Dicen que la estación terrena es la sección de una red de comunicación encargada de comunicarse con el satélite. Consta de un conjunto de dispositivos conectados entre sí de la cual destaca la antena.
Aseveran que el enlace de subida en una estación terrena consiste en transmitir la señal hacia el satélite mediante tres pasos: “el primero, modular una portadora en frecuencia intermedia en banda base a una señal en frecuencia intermedia, modulada en frecuencia, o por desplazamiento de fase PSK; como segundo paso llevar la señal por un convertidor elevador constituido por un filtro pasa bandas para convertir la portadora en términos radio frecuencia y la última etapa pasar por un amplificador de alta potencia HPA para que pueda llegar al satélite”
También precisan los que si saben de esto (como Erwin Cruz García, Sergio Martínez Benítez y José Morán Vergara, que el modulador de la estación terrena es el encargado “…de modificar en ancho de banda en frecuencias y a posición de la información”, aunque para que esto suceda “se tiene que trasladar la información a frecuencias más altas”, lo cual sucede combinando la señal inicial con la señal portadora.
La principal función de una estación terrena, pues, es aprovisionar las señales para su transmisión y su recepción con el satélite, al conjunto de estaciones terrenas se les conoce como “segmento terreno”.
Perooo… desafortunadamente hay naciones que utilizan las terrenas para el espionaje de los gobiernos y la posterior alteración del orden… en la tierra, por supuesto.
De ahí que, actualmente compiten a nivel mundial: el Sistema de Posicionamiento Global (GPS), de Estados Unidos, con 31 satélites en órbita; el Glonass (Rusian Global Orbiting Navigation Satellite System), creado durante la Unión Soviética y hoy impulsado por la Federación Rusa, con 30 satélites; el Sistema Experimental de Navegación por Satélite, Beidou, de China, también con 30; y el Galileo o Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS) de la Unión Europea con 30.
Todos ellos, pues, cuentan con una de las variadas nuevas formas de dominio mundial. Y hoy, vía su establecimiento en América Latina, Putin y sus muchachos pretenden dominar territorios ajenos, en los cuales ni siquiera Estados Unidos tiene predominio… pero sí influencia.
DOBLAR LAS MANOS
ANTE VLADIMIR
¿Y México que pitos toca en todo esto?
Creemos que la pretensión del extranjero es que forme parte de los países que ya doblaron las manos ante Putin, pero desconocemos a ciencia cierta si el actual gobierno pactó con el de Rusia…aunque lo niegue.
Sin embargo, ciertamente, existe una confrontación internacional con los sistemas de navegación satelital en el mundo.
Desafortunadamente, tras las barbaridades que ha realizado el actual gobierno mexicano en múltiples renglones, desde 2018, es imposible creerles cuando aseguran que es mentira haber negociado y pactado con los rusos, para el establecimiento de estaciones terrestres en varias ciudades, las cuales formarían parte de la cadena rusa (of course) Glonass (Rusian Global Orbiting Navigation Satellite System).
Ese sistema, explican los expertos, “…fue desarrollado paralelamente al GPS. Es manejado por las Fuerzas Militares Rusas, teniendo importantes aplicaciones civiles”.
Agregan: “Este proyecto fue ideado en los años setenta, pero su primer lanzamiento se realizó en 1982 (El COSMOS 1413 fue la primera nave de este tipo lanzada en ese año). Los satélites GLONASS son lanzados en órbitas a una altura de 19100 Km”.
Además, exponen los estudiosos del tema que Glonass “… estuvo configurado operacionalmente con ocho satélites en cada una de las tres órbitas. Esta configuración la obtuvo en 1996 pero debido al tiempo de vida cumplido por unos de estos satélites, esta configuración se perdió”.
¿Y entonces?
Hoy es otra cosa. Ya cuenta con 30 satélites (algunas de cuyas estaciones plantean los rusos establecer en México), y aseguran que ha penetrado con singular gozo en América Latina.
Se sabe que, actualmente, en América hay cuatro bases rusas terrestres: en Brasil dos, la Antártida y Nicaragua (junto a la laguna de Nejapa).
Los planes son abarcar otras naciones de nuestro continente y establecer estaciones terrestres en Ecuador, Argentina, México y Venezuela.
Después de los dimes y diretes, hoy se desconoce si efectivamente México permitirá estaciones terrenas rusas en su territorio, ya que como se sabe, una cosa es lo que dice el presidente en sus Mañaneras y otra es lo que realmente ocurre en el país.
¡Claro! El tiempo exhibe a los mentirosos, pero en este caso podría ser demasiado tarde.