ALFREDO MEJÍA MONTOYA
A estas alturas de cualquier administración pasada, neoliberal o conservadora, democrática o corrupta, los entonces presidentes habían cumplido gran parte de su Plan Nacional de Desarrollo, con problemas, con dificultades, como todos, y en el quinto año, aparecía fantasma de la sucesión, el famoso tapado, elegido de cuatro a seis posibles candidatos, los programas de gobierno no se detenían, la iniciativa privada con certidumbre y sin cambio de reglas haciendo su labor, la politiquería iba en paralelo a la economía.
A López Obrador se le acaban los distractores, no escaló el de la estatua de la libertad, tampoco el de la persecución mediática de Peña Nieto, las mentiras, los inventos, los engaños, los usa de siempre y renueva su credo para con sus seguidores, que es realmente a quién va dirigida toda su palabrería, con ello, la economía ni paralela ni para adelante. ¿Y gobernar, cuando?
Ahora, se le viene el mundo encima con la lamentable “incidencia” (así le llaman en este gobierno a las tragedias) hecho en la cual cerca de 10 mineros desde el 3 de agosto quedaron atrapados en la Mina de Agujita en Sabinas, Coahuila, tragedia a la que le tiene que hacer frente por tratarse de un asunto de materia federal, que involucra a las Secretarías de Economía principalmente, por la falta de supervisión; a la de Trabajo y Previsión Social por las condiciones laborales en que se encuentran los trabajadores; la de Seguridad, Protección Civil, el Ejercito y su Plan DN-III, rescatistas, buzos y obviamente al ejecutivo federal por ser materia exclusiva de la federación.
López no termina de cumplir una promesa de campaña, al afirmar que en su gobierno si rescataría los cuerpos de los mineros del derrumbe ocurrido el 2006 en Pasta de Conchos en la región carbonífera del Municipio de San Juan de Sabinas, Coahuila, en el que murieron 63 mineros, y a casi cuatro años de su administración, no ha sacado uno solo; igual caso, al de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, donde también se comprometió a encontrarlos y de llevar a la cárcel a los culpables, y a la fecha no hay resultados de su “búsqueda”. Que bajaría la gasolina de precio, que habría medicinas, un sistema de salud estilo Dinamarca, que se abrirían las guarderías de nuevo, en fin, ya todo el mundo conoce la bueno que es para prometer, pero muy malo para cumplir, y la presidencia le vino como anillo al dedo para exponer todo su repertorio de mentiras engaños y promesas, lamentable, el tiempo de exposición en sus matinales es mortal si no se dan resultados. Porque si de políticas públicas se trata, a López no se le abre la mente con miras a un México próspero y con desarrollo para las nuevas generaciones, la supina ignorancia es como un manto invisible que nubla sus ojos y cierra su mente, y estamos igual que en 2018 o peor dirían los expertos.
Mientras, continúa con sus preparativos para las elecciones del 2023 y la más trascendente una de ellas, la del Estado de México, así como la del 2024, donde los operativos, las estrategias y los proyectos anuncian una gran revuelta civil si pierde las elecciones del 24’ sobre todo porque a López Obrador no le interesa la democracia, le interesa el poder y el dinero, y hará hasta lo imposible por seguir en el poder, por él mismo o por interpósita persona, como una de sus corcholatas. Los pseudo candidatos (por ley no se les puede llamar candidatos aún) iniciaron su precampaña, campaña o recolección de las ovejas seguras y descarriadas, haciendo caso omiso a las disposiciones electorales, y dentro del ejercicio de sus funciones se dan tres días por lo menos para preparar y asistir a sus eventos de campaña, cuando en realidad no saben si efectivamente serán candidatos o no, nombrando a su corcholata Delfina Gómez para la entidad más importante del mapa político, con por lo menos 13 millones de votantes, ellos pueden decidir elecciones.
Y mientras la favorita del profesor anda en pre-precampaña por todo el país, en la CDMX están saliendo los demonios por las vías del Metro y se han registrado diversos incidentes: siendo el más impactante el del 1º de julio en la estación Velódromo de la Línea 9, dónde los vagones se incendiaron; que el 21 de julio en la estación Tepalcates de la Línea-A los pasajeros reportan suficiente humo dentro de los Vagones; el 23 de julio de nueva cuenta fueron los pasajeros los que denunciaron la presencia de humo en la estación Oceanía de la Línea 5; el 1º de agosto se registraron cortos circuitos en la estación Tacuba de la Línea- 7, y para variar en sus primeras declaraciones Claudia Sheinbaum se atrevió a decir que era un complot.
La otra corcholata, la de Bucareli, en sus expresiones, conducción de su persona y en la presentación de su oferta política, se nota que ya hasta se la creyó y de verdad cree en su superior de mando, y ya se confronta hasta con el pueblo como cualquier servidor público prepotente, como sucedió en la reunión con madres de personas desaparecidas el 1º de agosto, dónde las manifestantes le solicitaron que les firmara el compromiso de que atendería sus peticiones, y la cuestionó ¿A ver usted confía en mí? Yo ya no confió en nadie, dijo la mujer, a lo que Adán Augusto respondió enfáticamente, yo tampoco confió en ustedes.
Regla de oro, nunca la confrontación con los mandatarios (el Pueblo) que ellos son los que pagan sus salarios y prestaciones, así como sus dispendios y errores de cálculo. Cuando el pueblo dice, a Usted le pagan por cumplir con su trabajo, no de agredirlo, es porque así es. La inevitable caída del de Bucareli, puso a López a buscar otra corcholata con menos prepotencia, dócil, manejable y así precisamente como Adán, pero con nombre e imagen distintos.
La otra corcholata visible, como si no pasara nada, nadando de a muertito, que las aguas terminen por hundir a las demás, y él anclado en el barco de la oportunidad, dando lustre a su actividad que se verá seriamente puesta a fuego lento con la confrontación que López Obrador abrió con los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá también socios en el T-MEC, y tendrá que utilizar todas sus habilidades conciliatorias para no sufrir el mayor descalabro financiero de todos los tiempos (más que el FOBAPROA en los 90’s) y tener que pagar fuertes sanciones si México no tiene la razón en las mesas de consulta, como tal vez así será y éstas podrán ascender hasta los 30,000 millones de dólares.
Mientras el partido oficialista minimiza a la madre de todos los acarreos a la vieja usanza del priismo más recalcitrante, en sus elecciones internas para diversos puestos a ocupar en el seno del partido, haciendo gala del desconocimiento total de la democracia, y eso que no participó el INE, si no estuviéramos en otra guerra sucia, más sucia aún que la anterior.
Esperemos no se mediatice el tema y vaya descendiendo su publicidad hasta su olvido, porque los responsables de que las minas estén en perfectas condiciones son los titulares de las Secretarias de Economía y la STPS, por las verificaciones, inspección y supervisión constante de sus dependencias y comprobar que se reúnen todos los requisitos establecidos para el buen funcionamiento y derechos de los trabajadores, la responsabilidad es clara; si la CFE es la que adquiere el carbón extraído de las minas de la zona, también. López llegó a la mina por la tarde del 7 de agosto en compañía del gobernador Miguel Riquelme, al retirarse de la mina el presidente “aseguró que es prioridad el rescate, pero que sí habrá sanciones a responsables”. (sic). Esperemos que si, porque precisamente López Obrador es uno de ellos, y como la impunidad ha sido el sello en esta administración con gente muy cercana a su circulo privado y público.
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