México Evalúa realizó un estudio sobre los costos que representan los exdentes petroleros y el subsidio a combustibles.
Por ser un documento no permite la interétación y con el permiso de la orgamización no gunernamental, nos permitimos presntarlo íntegramente.
Digan lo que digan las autoridades de Hacienda, la subida en ingresos petroleros no ha logrado compensar las pérdidas causadas por la estrategia de estímulos fiscales sobre la venta de combustibles. Si el erario ha salido a flote es por un inusual crecimiento en la recaudación del Impuesto Sobre la Renta (ISR). Tal es el principal descubrimiento de los #NúmerosdeErario al segundo trimestre del año.
Pero hay más: es cierto que se verifica una recuperación vigorosa de la recaudación de ISR, pero dicho crecimiento se ha concentrado en pocos sectores económicos y no es reflejo de un aumento en la participación de las personas físicas.
Te presentamos los cinco datos principales del análisis…
PRIMER DATO: LOS EXCEDENTES PETROLEROS NO DIERON PARA TANTO
Es verdad que los ingresos petroleros registraron al segundo trimestre un nivel de 594 mmdp, 29.4% (134.9 mmdp) más que en el mismo periodo de 2021, y su mayor nivel desde 2014. Sin embargo, la recaudación de IEPS cayó a niveles negativos (-22 mmdp) por primera vez desde 2014, lo que significó un retroceso en la recaudación de 115% (166 mmdp). O sea, el ‘agregado’ de ingresos petroleros e IEPS de combustibles fue de 572 mmdp, 5.3% (31.9 mmdp) por debajo de 2021 y su segundo peor nivel desde 2003.
En efecto, hay una pérdida tributaria provocada por la política de estímulos a los combustibles. Frente a lo recaudado al primer semestre de 2021, el menoscabo es de 31.9 mmdp, y frente al calendario es de 113 mmdp. Lo único que hizo la robusta recaudación de ISR fue suavizar esa pérdida. ¿Qué tan robusta fue? Miren la gráfica…
TERCER DATO: AUMENTO SORPRESA DE COMPENSACIONES Y DEVOLUCIONES
Ojo: las pérdidas fiscales podrían no limitarse a la renuncia recaudatoria del IEPS. Hay otros mecanismos de compensación y devolución de impuestos, promovidos por el Gobierno, que entraron en juego al 2T de 2022, sobre los cuales no hay una rendición de cuentas completa.
Sabemos que el Gobierno implementó una política de estímulos complementarios en marzo pasado, aplicable cuando se vende combustible al público por debajo de su precio de compra al mayoreo: esa diferencia se acredita contra el ISR o IVA que causan los distribuidores de gasolina.
Pero, ¿de cuánto estamos hablando, en pérdida recaudatoria adicional? La gráfica lo muestra…
CUARTO DATO: MISTERIOSO CRECIMIENTO DE ISR
Pero habíamos dicho que el ISR fue… robusto. En Erario exploramos su comportamiento anormal. Y es que la tasa de crecimiento del ISR es la segunda mayor registrada desde 2000. La primera se dio de 2014 a 2015 y fue de 24% (176.7 mmdp), luego de la reforma fiscal de 2014 que redujo deducciones por inversiones o subsidio al empleo.
O sea, el aumento de la tributación de ISR en 2022 llega sin una reforma fiscal propiamente dicha. ¿Qué explica, entonces, esa explosión de la recaudación? Los cambios institucionales en torno a la fiscalización, verificados a partir de 2019, cargan con una parte. Sin embargo, el salto tan abrupto observado en la recaudación de ISR de 2021 a 2022 todavía no se entiende del todo… en Erario lanzamos hipótesis.
En un informe especial detectamos que el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y el Instituto Nacional de Cancerología (Incam) registran su peor gasto en una década. Esto sin duda debilita la atención y detección oportuna del cáncer, lo que limita las expectativas de curación y aumenta el costo del tratamiento para las familias y para el Estado.
Para empeorar las cosas, los recursos para la atención de enfermedades graves a través del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi) se han colapsado. Todos los tipos de cánceres respaldados por este fideicomiso han recibido menos recursos frente a 2014, a pesar de que la población no ha parado de crecer. La tragedia ya está aquí. Entérate de todo el contexto y las implicaciones…
EXTRA: UNA BOMBA DE TIEMPO EN EL GASTO EN SALUD
En un informe especial detectamos que el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) y el Instituto Nacional de Cancerología (Incam) registran su peor gasto en una década. Esto sin duda debilita la atención y detección oportuna del cáncer, lo que limita las expectativas de curación y aumenta el costo del tratamiento para las familias y para el Estado.
Para empeorar las cosas, los recursos para la atención de enfermedades graves a través del Fondo de Salud para el Bienestar (Fonsabi) se han colapsado. Todos los tipos de cánceres respaldados por este fideicomiso han recibido menos recursos frente a 2014, a pesar de que la población no ha parado de crecer. La tragedia ya está aquí. Entérate de todo el contexto y las implicaciones…