La doble cara de EEUU con China sobre el caso Taiwán podría abrir un nuevo frente de batalla

En un contexto geopolítico complicado, la posible visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, a Taiwán, levanta las alertas internacionales ante una posible confrontación entre China y Estados Unidos.

El diario británico Financial Times publicó un artículo el pasado 24 de julio en el que se adelantó la visita de una de las funcionarias estadounidenses a la isla asiática. Desde entonces, medios como CNN han reportado un fuerte cabildeo desde la Casa Blanca para persuadir a Pelosi de su viaje a Taiwán, que es promovido por figuras como Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, y John Kirby, coordinador de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, quien incluso confirmó que ha recibido «hechos, análisis, contexto y realidades geopolíticas» que puede enfrentar Pelosi durante su visita.

La Administración de Joe Biden asegura que Estados Unidos mantiene la política de «una sola China». Sin embargo, eso no impidió que el vocero del Ministro de Defensa de China, Tan Kefei, advirtiera que, cualquier viaje oficial estadounidense a Taipéi, tendría una respuesta militar.

«Si la parte estadounidense se empeña en salirse con la suya, los militares chinos no se quedarán de brazos cruzados, y tomarán medidas contundentes para frustrar cualquier injerencia de fuerzas externas o intentos secesionistas de ‘independencia de Taiwán’, y defenderán con decisión la soberanía nacional y la integridad territorial», declaró el ministro de Defensa chino.

La política de «una sola China» se refiere al reconocimiento de un único Estado llamado China, representado por la República Popular China, de modo que la denominada República de China —territorialmente delimitada en Taiwán— no se reconoce como entidad autónoma, sino como parte de la República Popular de China al igual que Hong Kong y Macao.

La lucha antichina de EEUU

En entrevista para Sputnik, la maestra en Estudios de Asia y África del Norte por El Colegio de México, Marisela Connelly, explica que la postura de Estados Unidos a favor de «una sola China» podría ser parte de la ambigüedad estratégica con la que se ha movido el país norteamericano desde hace décadas.

Estados Unidos se ha movido en lo que se le conoce como ambigüedad estratégica porque, por un lado, dice ‘sí reconozco la política de una única China y tengo relaciones diplomáticas sólo con la República Popular China’, pero por otro lado le sigue vendiendo armas a Taiwán», explica la académica.

En este sentido, la investigadora sostiene que «Estados Unidos siempre ha estado en medio» de Taiwán y China, aunque por periodos se mantiene más o menos activo; sin embargo, desde el Gobierno de Donald Trump se han fortalecido los acercamientos entre Washington y Taipéi, principalmente por la llegada al poder de Tsai Ing-wen desde 2016, quien se opone a la reunificación china y levanta ánimos separatistas.

La diferencia en la política hacia China con respecto a Trump y Biden, es que Trump iba solo, no tomaba en cuenta a los aliados. En cambio, el Gobierno de Biden sí los toma en cuenta y quiere que lo apoyen con esta política antichina que está siguiendo», señala.

Este posicionamiento se debe, según la especialista en el conflicto del Estrecho de Taiwán, al «miedo que tienen los líderes de Estados Unidos a ese crecimiento asombroso que ha tenido China a nivel económico, a esa presencia internacional que tiene China», y que aumentó cuando Trump decidió abandonar organismos internacionales, un vacío que llenó el país asiático.

«La China de los noventa no es la misma que la que tenemos ahora. Aquella China no se sentía lo suficientemente fuerte para tener un enfrentamiento con los Estados Unidos. Ahora la situación ha cambiado», opina Connelly, quien ha realizado múltiples estancias de investigación en China, Hong Kong y Taiwán.

Una lucha por el poder hegemónico

Para la doctora en ciencias sociales por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Graciela Pérez-Gavilán, la posible visita de Nancy Pelosi a Taiwán forma parte de una estrategia en el marco de «la lucha por el poder hegemónico», pues lo que «se está dirimiendo en este escenario geopolítico actual es la transición del poder hegemónico, dentro del cual China es una potencia que asciende y Estados Unidos una que tiene un declive relativo».

«Esto nos habla de nuevos bloques económicos, de un nuevo orden internacional que se está configurando con dos bloques: uno sería el de Eurasia, China y Rusia, y quizá con aliados como Irán y Turquía; por otro lado sería el del Atlántico, u Occidente como se le denomina, con Estados Unidos y la OTAN. Claramente ya hay una gran rivalidad y una estrategia de cambio», comenta Pérez-Gavilán.

La investigadora de la UAM considera que la posición estadounidense actual es complicada. Por un lado, si no se realiza la visita, se podría calificar como signo de debilidad. Por otro, si la lleva a cabo, podría abrir un nuevo frente de batalla.

«El tema de China es que está abriendo dos frentes: uno sería en Ucrania, a través de la OTAN, y otro sería en China. ¿Está dispuesto Estados Unidos a luchar en dos frentes? Ya lo hizo en la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico y en el Atlántico, pero son dos grandes potencias: Rusia que pese a las sanciones está muy fuerte […], y China, que en este caso apoya a Rusia, quizá no militarmente, pero sí hay acuerdos», opina la especialista.

Información: Sputnik

© AP Photo / Lintao Zhang

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