¿Amenaza o finta?

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Dignidad, argumenta el presidente de la República, para rechazar las exigencias de Estados Unidos en torno a las violaciones del T-MEC cometidas por México. 

Envuelto prácticamente en el lábaro patrio, surgió la amenaza o la finta: «Si tener acceso a ese mercado nos implica ceder soberanía, no lo aceptamos, no vamos a entregar nuestra independencia a ningún gobierno extranjero».

¿Cuándo y en qué parte se cede la soberanía?

¿Quién sugerido siguiera entregar la independencia?

Pretender defender la soberanía frente a un reclamo comercial, parece ser una acción populista que tiene visos de pavimentar el maltrecho camino por el que transita el gobierno actual.

Convocar a una expresión social masiva porque “nos quieren quitar el petróleo”, no deja de ser una argucia más que conlleva y no escondida, la intención clara para convertir a México en una nación en donde la democracia deje de existir.

Después de amenazar con dejar el T-MEC si la solicitud de consultas presentadas por Estados Unidos y Canadá -sobre todo la Unión Americana- conduce a una cesión de soberanía, planteó lo opuesto: 

“No va a haber ruptura del tratado… estoy con ganas de enviarle una carta para decirle, oiga que está sucediendo, a la mejor no está informado. (…) Le tenemos respeto al presidente Biden, actuamos con responsabilidad, lo que quieren los conservadores es amarrar navajas, son muy elementales, esto no es así. Esto tiene que ver con argumentos”.

Incumplir los textos del Tratado Comercial México- ESTADOS Unidos-Canadá, no es invento de los conservadores ni la búsqueda de amarrar navajas. Es una realidad sustentada por los reclamantes.

Desde que decidió el gobierno mexicano rezagar el despacho de energía eléctrica, se violentó el espíritu y la letra del acuerdo comercial. El capítulo 8, ciertamente, fue modificado y se insertaron dos párrafos de la Constitución en los que se establece que los hidrocarburos y todos los minerales a flor de tierra o en el subsuelo, son de la nación. El sol y el viento no son propiedad de la nación. ¿O sí? 

Enojado, por lo menos así se notaba, el presidente escuchó la pregunta:

-¿Trataría con Biden una posible salida del tratado comercial?, se le cuestionó.

“Eso lo veríamos después porque para los conservadores que hacen periodismo, muy ramplón y vulgar, hasta Calderón sacó un ‘face’ queriéndose montar en esta circunstancia que sería grave para México una ruptura del tratado.

“No va a ver ruptura, eso se los adelanto y lo sé porque tenemos la razón si no porque no nos conviene y no sólo es México, no le conviene a Estados Unidos, ya no es tiempo de antes”.

Cuando el señor López compara lo hecho por Lázaro Cárdenas con lo que él pretende hacer, se equivoca de pe a pa.

Cárdenas no expropió el petróleo. Expropió las instalaciones que tenían las petroleras inglesas, holandesas y estadounidenses. El petróleo siempre ha sido de la Nación y así lo contempló el legislador al aprobar la Constitución de 1917 en artículo 27, el gran paso de la reforma agraria y de la protección y garantía de todo lo que se encuentre en el suelo o subsuelo del territorio nacional.

No se entiende su expresión de “no entregar la independencia a ningún gobierno extranjero”, porque ¿quién quieren designar Jefe de Estado en México que no seamos los mexicanos?

El señor López está sembrando la semilla que espera germine el 16 de septiembre, para despertar el “nacionalismo a ultranza” y que millones de mexicanos salgan a las calles y lleguen frente a la Embajada de EU y la incendien. 

Mala noche debe haber pasado el huésped temporal de Palacio Nacional que, llegó, como se dice coloquialmente, con ganas de pelea.

La tensión con Estados Unidos la hace crecer México. El diálogo podría resolver todo con mayor facilidad que una canción de Chico Che.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños, martes y jueves de 16 a 17 horas por el 760 de Amplitud Modulada

 

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