La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), concluyó la visita de inspección al predio de la Fundación Black Jaguar-White Tiger, propiedad de Eduardo Serio, donde encontró más de 200 ejemplares de vida silvestre en condiciones de abandono y maltrato, principalmente grandes felinos y primates en peligro de extinción.
La diligencia que inició el pasado 4 de julio, y por la que se abrió un acta administrativa, concluyó con la clausura total temporal del terreno ubicado en Santo Tomás Ajusco, alcaldía Tlalpan, por no contar con registro como Predio o Instalación que Maneja Vida Silvestre en forma confinada, fuera de su Hábitat Natural (PIMVS); planes de manejo, y porque algunos de los animales no tienen documentación que acredite su legal procedencia.
Al parecer, la única instalación registrada ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como PIMVS, era la que los inspectores federales encontraron abandonada en la carretera Picacho-Ajusco, y que años atrás era utilizada para albergar a los animales.
Después de 15 días, la Profepa concluyó con la revisión y ahora el dueño de la Fundación Black Jaguar-White Tiger, tendrá cinco días con prórroga de otros cinco días para presentar alegatos y pruebas que a su defensa convenga dentro del proceso administrativo.
Una vez vencido el plazo, se podrán fijar las primeras multas contra Eduardo Serio, presumiblemente por faltas al trato digno y respetuoso de los animales; por no contar con registro ante la Semarnat, carecer de programas de manejo, reportes anuales, y debido a que no pudo comprobar la legal procedencia de los ejemplares.
De acuerdo a la Ley General de Vida Silvestre, cada una de las violaciones se pueden sancionar con montos económicos acumulables que pueden ir de 20 a 50 mil veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), es decir, de nueve mil 258 pesos a cuatro millones 811 mil pesos por infracción.
La Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), dio a conocer que se mantiene a la espera de recibir el visto bueno de las autoridades ambientales para poder trasladar a los grandes felinos a sus nuevos hogares en 13 estados de la República Mexicana.
Antes de la reubicación de los ejemplares, se espera que la Profepa permita que recuperen peso y reciban el marcaje con microchip para poder hacer el cambio de depositaría.
