NIDIA MARIN
¿Algo que celebrar? Para miles de mujeres, no.
Y es así en México, porque el cuento de nunca acabar está presente: la sangre sigue corriendo a lo largo y ancho de la República. Ayer fueron dos periodistas mujeres las asesinadas en Cosoleacaque, Veracruz: Yesenia Mollinedo Falconi y Johana García. Irónicamente, la última publicación del portal El Veraz, que dirigía Yesenia, fue una nota sobre un concierto que se efectuaría por el Día de las Madres.
Hay un hecho: el fracaso de la política de seguridad militar establecida por la Presidencia de la República (por nadie más) hasta ahora. Las cifras no mienten. Los cadáveres ahí están, entre los cuales hay miles de hijos e hijas de alguna madre que, hoy en su día y diariamente no tiene felicidad, sino lágrimas de gran dolor.
En el maremágnum de la tragedia, también hay cuerpos de decenas de madres de familia, cuyos hijos hoy son huérfanos. Y como si no fuera suficiente, de madres e hijas desaparecidas.
Sí, estas son las cifras del terror, para miles de los 35.5 millones de madres de familia mexicanas, de las cuales un alto porcentaje han visto masacrados a sus hijos o hijas.
En el México actual, miles de mujeres navegan entre la sangre y las lágrimas. ¿Algo que celebrar? No. Mucho que reclamar, aunque las autoridades no valoren la sangre derramada, ni escuchen las exigencias populares en la materia, porque desde el poder omnímodo, hoy presente, se ocultan los sucesos, lo cual también pone en entredicho el programa de seguridad nacional.
En 2020, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda (señala el Instituto Nacional de Estadística y Geografía), había en México 35, 221,314 madres. Sin embargo, a esa cifra hay que restar todas aquellas que fueron asesinadas, víctimas de feminicidio y demás. También hay que agregar las que perdieron a un hijo o hija por masacres, asesinatos e inseguridad en general.
Todas lloran.
La mencionada cifra de madres que había hace dos años, seguramente hoy va a la baja. Es imposible saber en realidad cuántas son realmente las madres mexicanas. Hasta entonces (hace dos años) 72% de las mismas, de 15 años y más, eran madres, más o menos 27 millones.
El problema es que en México el levantamiento de estadísticas ha ido perdiendo credibilidad, lo cual es nocivo para todos. Hace dos años, en la XIX reunión del Comité Ejecutivo de la Conferencia Estadística de las Américas (CEPAL) se realizó un llamado a fortalecer el papel de las oficinas nacionales de estadística. Ello para visibilizar las vulnerabilidades y las grandes desigualdades que caracterizan a los países de la región.
En el nuestro, la organización México Evalúa, por ejemplo, desde 2020 lleva a cabo un trabajo denominado “Fallas de Origen 2020”, mediante el cual han retomado la problemática de una estadística delictiva imperfecta. Ellos, de acuerdo a sus palabras, se propusieron actualizar y robustecer el análisis sobre la confiabilidad de la información delictiva, poniendo especial énfasis en acotar los periodos de evaluación para que los funcionarios actuales se vean incentivados a mejorar sus procesos de generación de estadísticas.
Pero…
Hoy, de acuerdo al INEGI hasta 2020 (no hay más datos) en México el promedio de hijos o hijas de las mujeres era de 2.2, mismo que se incrementa conforme aumenta la edad. Hay féminas que hasta ahí llegaron, lamentablemente. Y a nadie le importan. Bueno, sí, a sus familias.
Mientras tanto, allá en Palacio Nacional sigue el cuento. Apenas el lúnes, desde el púlpito nacional, se dijo que militares y marinos veteranos colaboran para convencer a elementos de las dos instituciones a que formen parte de la Guardia Nacional (la cual ha demostrado que no funciona), pero el capricho sobre su existencia es enorme.
Señaló, que se debe cubrir todo el territorio con 266 coordinaciones.
“Estamos hablando de alrededor de 120 ó 150 mil elementos y necesitamos para este año terminar con 150 coordinaciones en el país”, dijo.
Es decir, más de lo mismo que no funciona.
Y como ayer fue 10 de mayo, a estas alturas, por cierto, desconocemos si en la violencia de género continúa el promedio de homicidios dolosos de 82 víctimas diarias durante el periodo de enero a marzo de este año o se ha incrementado.
No hay información a tiempo, aunque las cifras de los tres primeros meses de 2022 sean de terror y, por ejemplo, los municipios con mayor número de feminicidios son el Estado de México y la Ciudad de México. El primero en 25 municipios y el segundo, en 10 alcaldías. Sin embargo, Nuevo León ya les ganó a todos: en este año (poco más de cuatro meses) suman 56 las mujeres asesinadas
De ahí que, con amor y con dolor, abrazamos a todas las madres.
