Zerón “lo Sabe”…
Por Jesús Michel Narváez
Han pasado 7 años y 4 meses de la tragedia que conmovió no solo a México, sino que traspasó fronteras y en todas partes de condenó: la desaparición de los 43 normalistas de la escuela Isidro Burgos.
Al arribo de la presente administración federal, Andrés Manuel López se comprometió , prácticamente, a regresar a los estudiantes vivitos y coleando. Hasta ahora, “sus” investigaciones, las de su Fiscalía General de la República no han hecho nada nuevo excepto confirmar la osamenta de otro desaparecido.
Las indagatorias no están dirigidas a encontrar a los autores intelectuales y materiales del lamentable hecho.
No. Se han enfocado a encontrar a los “culpables” que construyeron la “verdad histórica” -aunque el entonces procurador general, Jesús Murillo, confesó que “ya me cansé” durante la conferencia de presa que ofrecía para dar a conocer detalles- y principalmente en la figura de Tomás Zerón.
El exjefe de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República, estaba a cargo de la investigación. La participación de la PGR tardó 5 días en iniciarse, toda vez que en principio se consideró un delito del fuero común.
Larga, tediosa, cansada pero la investigación arrojó que los estudiantes habían sido quemados. Los expertos argentinos determinaron que no.
Sin embargo, opiniones de expertos y de funcionarios de la PGR e incluso de la Fiscalía de Guerrero que coadyuvaron, tuvieron coincidencias y, lógicamente. Diferencias.
Hubo algo en que todos estuvieron de acuerdo: los jóvenes habían sido asesinados. Quemado o no, perdieron la vida.
A falta de “información nueva y material que marque la agenda”, el presidente de la República insistió en su mañanera en que Zerón “(…) tiene mucho que ver en lo de Ayotzinapa, él sabe bien qué pasó en lo de Ayotzinapa”.
Sin entrar en una polémica estéril, he sostenido desde siempre que las indagatorias fueron un fracaso en cuanto a la aprehensión de los autores materiales e intelectuales. Sin embargo, se reconoce que fueron realizadas con higiene judicial.
¿Qué tienen que ver Zerón y otros señalados con la muerte de los jóvenes?
¿Zerón jaló el gatillo o prendió la pira?
Si como dice el presidente “… está demostrado que participó en torturas”, la pregunta obvia es: ¿a quién torturó? Seguida de ¿a los estudiantes o a los presuntos autores del crimen?
«No vamos a quitar el dedo del renglón, porque queremos saber qué fue lo que sucedió en el caso de los jóvenes”, dice Andrés Manuel López.
Por lo visto su Fiscalía y sus “otros datos” no han podido encontrar nada que no se sepa.
Por ello quieren a Tomás Zerón de Lucio.
Supone el presidente y sus “asesores” que, encarcelando al exfuncionario, refugiado en Israel y no hay para cuando lo extraditen a pesar de las peticiones reiteradas de Marcelo Ebrard, revivirán los jóvenes.
¿Resucitarán?
¡Vamos, hombre!
El fracaso de las “nuevas investigaciones” es un hecho consumado.
Limpiarse el rostro con ceniza, no deja mirar el color de piel.
Zerón podría admitir que torturó a varios de los detenidos. Eso no lo convierte en el “asesino de normalistas”.
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