Papa Francisco anima a “abrir” el Humanismo cristiano al mundo y culturas modernas

El papa Francisco abogó por un nuevo Humanismo “abierto sabiamente” a otras culturas de todo el mundo para afrontar las “inquietantes preguntas” del futuro, en un mensaje a la Asamblea del Pontificio Consejo para la Cultura.

El papa defendió que las Sagradas Escrituras ofrecen las “coordenadas esenciales” para una antropología “en conexión con el tiempo y el espacio” en el que viven los hombres y mujeres, después de siglos de un “fecundo” humanismo grecolatino y bíblico.

“Sin embargo, el humanismo bíblico y clásico hoy debe abrirse sabiamente para acoger, en una nueva síntesis creativa, también las aportaciones de la tradición humanista contemporánea y de otras culturas”, recomendó.

En concreto, el papa abogó por integrar en esta nueva visión “la visión holística” de las culturas asiáticas, “la solidaridad” de las africanas, propicias “para superar el excesivo individualismo típico de la cultura occidental”, o la “antropología de los pueblos latinoamericanos, con su vivo sentido de la familia y la fiesta”.

Y también las culturas indígenas de todo el planeta.

“En estas diferentes culturas existen formas de un humanismo que, integrado en el humanismo europeo heredado de la civilización grecorromana y transformado por la visión cristiana, es hoy el mejor medio para hacer frente a las inquietantes preguntas sobre el futuro de la humanidad”, señaló el papa Francisco.

Afirmó que “hoy está en marcha una revolución -sí, una revolución- que toca los nudos esenciales de la existencia humana y exige un esfuerzo creativo de pensamiento y acción” y recordó que la pandemia ha puesto en jaque las certezas y fragilidades del actual modelo social y económico”.

A su juicio, en la “era de la liquidez o de lo gaseoso”, están cambiando “estructuralmente las formas de entender la generación, el nacimiento y la muerte”, se cuestiona la especificidad del ser humano en el conjunto de la creación e incluso su singularidad frente a otras especies y hasta máquinas.

En esta concepción de la existencia humana, consideró, la Iglesia no puede “limitarse siempre a la negación y la crítica”, sino que está llamada a “repensar la presencia del ser humano en el mundo a la luz de la tradición humanista”.

“¿Qué significa hoy ser hombre y mujer como personas complementarias llamadas a relacionarse? ¿Qué significan las palabras ‘paternidad’ y ‘maternidad’? Y además, ¿cuál es la condición específica del ser humano, que lo hace único e irrepetible frente a las máquinas e incluso a otras especies animales? ¿Cuál es su vocación trascendente? ¿De dónde viene su llamada a construir relaciones sociales con los demás?”, cuestionó Francisco.