El Movimiento Cristiano Conservador Latinoamericano aseveró que la presencia de los dictadores comunistas Miguel Díaz-Canel, de Cuba, como la de Nicolás Maduro, de Venezuela, ensombrece la neutralidad de la sexta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), llevada a cabo este sábado 18 de septiembre en la Ciudad de México.
“El gobierno mexicano no tendría por qué invitar, estrechar la mano y dar trato privilegiado a déspotas que mantienen a nuestros hermanos cubanos y venezolanos con hambre y todo tipo de carencias, pero además que persiguen a los opositores y los encarcelan, violando los derechos humanos todos los días, así como aplastando las más elementales libertades democráticas”, afirmó en un comunicado la agrupación Cristiana, que en México es presidida por Raúl Tortolero.
Dijerojn que en contraparte saludan la participación de los presidentes Luis Lacalle Pou, de Uruguay, y de Mario Abdo Benítez, de Paraguay, quienes criticaron el autoritarismo y violaciones a los derechos humanos de Cuba y Venezuela. La ausencia de Brasil y su presidente Jair Bolsonaro en la CELAC, acentúa el desequilibrio de la misma.
“No obstante, más allá de los discursos de los presidentes de Uruguay y de Paraguay, verdaderamente a favor de la democracia, la CELAC puede percibirse como un intento del gobierno de México por crear una suerte de nuevo Foro de Sao Paulo, reuniendo a regímenes socialistas del continente, y creando un nuevo eje rojo latinoamericanista, que además le apuesta a un acuerdo de facto con los progresistas del Partido Demócrata de Estados Unidos, al que apoyaría con votos latinos, a cambio de garantizar que el gobierno norteamericano no intervenga y se les permita a los gobiernos socialistas en América Latina perpetuarse en el poder”.
Expresaron que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien con mucho cálculo insiste en conceptos como “la soberanía, la no intervención y la autodeterminación las controversias sobre democracia y derechos humanos” se diriman en instancias “verdaderamente neutrales creadas por los países de América y que la última palabra la tengan las agencias especializadas de la Organización de las Naciones Unidas”.
Y añadieron: “La CELAC ha sido el ariete de los socialistas en contra de la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que buscan descabezar pidiendo la salida de Luis Almagro, por lo que la única organización que podrían considerar “neutral”, es la propia CELAC, hoy dominada por la izquierda internacional”.
La agrupación Cristiana consideró que proponer que sea la ONU la que tenga “la última palabra” para dirimir controversias en temas de democracia y derechos humanos, justo equivale a entregar la soberanía nacional al socialismo globalista y progresista que esa organización y sus agencias promueven desde hace años.
El aborto, por ejemplo, según este criterio, se tendría que normalizar en México y en todo el continente, siendo parte clave de la agenda promovida abiertamente por la OMS.
“En el Movimiento Cristiano Conservador Latinoamericano, con presencia en todo el continente, estamos por tanto en contra de que las soberanías nacionales sean entregadas a organizaciones globalistas y su nefasta agenda que busca la destrucción de la familia natural, el supremacismo homosexual, y el feminista, y que impulsa el aborto.”
Para la agrupación Cristiana, la integración económica americana es una idea razonable para enfrentar la incipiente hegemonía china, pero si equivale a un esquema similar a la Unión Europea -como propuso López Obrador-, implicaría el libre tránsito de migrantes y la desaparición de las monedas nacionales en aras de una única moneda internacional, lo que no parece una opción viable ni conveniente para la mayoría de los países en el continente, sino, una vez más, la claudicación de la soberanía nacional ante el globalismo socialista.
“El Movimiento Cristiano Conservador Latinoamericano defiende la vida, la familia, la libertad de expresión y de religión, el patriotismo, y lucha contra el socialismo y el comunismo, así como contra la cultura de la cancelación y el progresismo globalista, en todos los países de América Latina y en Estados Unidos”, concluyeron en el comunicado.