
La Afinidad de los Estereotipos
HORACIO ARMANDO HERNÁNDEZ OROZCO
“El Club de los Cinco” (“The Breakfast Club”) película escrita y dirigida por John Hughes; protagonizada por Judd Nelson (John Bender), Molly Ringwald (Claire Standish), Anthony Michael Hall (Brian Johnson), Emilio Estévez (Andrew Clark) y Ally Sheedy (Allison Reynolds); su estrenó fue el 7 de febrero de 1985.
Cinco jóvenes, dos chicas y tres chicos, son castigados a pasar un sábado en la biblioteca escolar; aparentemente entre ellos no hay nada el común, aunque a medida que avanza la trama se darán cuenta que hay cosas que verdaderamente los unen.
El filme presenta los clásicos estereotipos de los adolescentes escolares, y se ha convertido en un clásico, una película de culto que ha tenido una gran influencia sobre las siguientes generaciones; en el 2016 fue considerada por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos por ser «cultural, histórica y estéticamente significativa» y seleccionada para su preservación en el National Film Registry, y fue elegida en el número 1 de la lista de mejores 50 películas de secundaria.
LA LLEGADA
Cinco alumnos de Shermer High School, pasan el sábado 24 de marzo de 1984, castigados en la biblioteca del instituto por distintos motivos; ellos son Allison Reynolds (la rara), Andrew Clark (el atleta), John Bender (el criminal), Brian Johnson (el cerebrito), y Claire Standish (la princesa), quienes en un principio no tienen nada en común; además, tienen prohibido hablar y moverse de sus asientos o dormir, y son supervisados por el subdirector, Richard Vernon.
A medida que avanza la cinta, el espectador va conociendo la personalidad de cada uno de esos jóvenes, John es clásico alumno conflictivo que continuamente causa estragos en la escuela, no obedece normas ni tratos sociales, pero no llega al grado de ser anarquista, sabe que para sobrevivir hay que tener un límite.
Claire es la chica popular, consentida y rica, la cual se rodea de otras jóvenes afines a ella.
Brian es un alumno brillante en lo académico, el clásico nerd que no socializa ni es popular, sino más bien objeto de bullying.
Andrew pertenece al equipo de lucha libre de la escuela; es el joven popular por ser atleta y bien parecido.
De Allison, aunque no ha dicho ni una sola palabra, se advierte que es la chica rara, lo que denominan un caso perdido: una inadaptada y que se auto denomina como «mentirosa compulsiva».
La película es un claro ejemplo del concepto de la teoría de la identidad social, propuesta por Henri Tajfel y John Turner en la década de 1970. Esta teoría postula que las personas se categorizan a sí mismas y a los demás en grupos sociales (por ejemplo, «deportistas», «nerds» o «rebeldes») y derivan un sentido de autoestima y pertenencia de estas pertenencias grupales.
En la película, cada personaje comienza el día con un rol claramente definido dentro de la jerarquía social de su instituto. Estos roles se moldean tanto por las identidades internalizadas como por las percepciones externas: cada estudiante lleva su pertenencia a un grupo como una insignia.
LA INTERACCIÓN
Los jóvenes deben permanecer allí por un período de ocho horas con cincuenta y cuatro minutos (de 7:06 a. m. a 4 p. m.); y el subdirector Vernon les asigna la redacción un ensayo en el que cada uno debe escribir sobre lo que él o ella cree que son; así que los deja solos y de vez en cuando regresa para supervisarlos.
John aprovecha la ausencia del señor Vernon y comienza a fastidiar a sus compañeros, especialmente a Claire, mientras Allison sigue extrañamente tranquila y no desea hablar con nadie. A medida que pasan las horas, cada uno empieza a hablar y las relaciones entre ellos se abren.
Poco a poco cada uno de los castigados se abre frente a los otros y revela sus secretos íntimos, por ejemplo, Allison es una mentirosa compulsiva, Bender viene de un hogar desestructurado y ha sido víctima de maltrato por su padre, Andrew odia a su padre, el cual quiere que sea el típico deportista y triunfador popular sin reparar en los medios que sean necesarios, Claire se avergüenza de su virginidad y Brian se siente muy presionado académicamente, pues las expectativas de sus padres son muy altas en este sentido.
A través de estos diálogos, el espectador descubre que todos ellos tienen relaciones problemáticas con sus padres.
LOS ADULTOS
La otra persona con la que interactúan durante su castigo es Carl Reed, un conserje que, como se revela en una toma inicial, fue el Hombre del Año del instituto en 1969, quien tiene una charla con el subdirector Vernon, ambos tomando una cerveza y discuten sobre los jóvenes.
Es un debate de una generación adulta sobre las generaciones más jóvenes; Vernon insiste en que los jóvenes han cambiado y se han vuelto más arrogantes con cada año que pasa, pero Carl bromea diciendo que de joven quería ser John Lennon, mientras que replica que no son los jóvenes, sino el propio Vernon, quien ha cambiado, y le pregunta que si tuviera 16 años: ¿qué pensaría de sí mismo ahora?
Este mensaje de la película gira en torno a la idea de que no hay una respuesta correcta a este planteamiento. A veces, el Hombre del Año se convierte en conserje, y a veces, el profesor idealista, en el subdirector despótico. A menudo, los jóvenes crecen se convierten en padres que transmiten a sus hijos todo tipo de bagajes, ya sea imitando a sus propios padres o intentando hacer lo contrario.
La callada Allison lo resume en una frase: «Cuando creces, tu corazón muere».
¿Y QUÉ SUCEDERÁ
EL LÚNES?
A pesar de inicio de amistad y complicidad que han desarrollado este club en esas horas de castigo, los estudiantes dudan de si una vez terminada la reclusión, los vínculos que han creado trascenderán más allá de ese sábado (tiempo) y esa biblioteca (lugar).
A petición del grupo, Brian escribe en nombre de todos, el ensayo que el Sr. Vernon les había impuesto redactar, pero en lugar de escribir sobre el tema asignado, escribe una carta al maestro oponiéndose a su solicitud de describir lo que son, pues se consideran injustamente etiquetados dentro de cinco estereotipos que el propio Vernon les asignó; se firma el ensayo como «The Breakfast Club».
El tema central es la lucha constante del adolescente por ser comprendido, por los adultos y por ellos mismos; explora la presión ejercida sobre los jóvenes para que encajen en sus propios ámbitos de construcciones sociales de la escuela, así como las elevadas expectativas de sus padres, maestros y otras figuras de autoridad.
Los estereotipos sólo son un pretexto para que los personajes empaticen con las luchas de los demás, descarten prejuicios iniciales y descubran que son más similares que diferentes.
Han pasado cuarenta años del estreno de la cinta y los estereotipos estudiantiles siguen presentes, los cuales se ven como distinciones sociales que protegen su autoconcepto por el temor a la vulnerabilidad que conlleva salirse de los roles que les han sido asignados.
Pero ¿acaso será necesario que existan castigos sabatinos para que los jóvenes se identifiquen con los demás?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…