Unidad “autócrata”

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

América Latina y el Caribe nunca han sido unidos. Cada quien vela para su santo y cuando se trata de corrientes ideológicas es más clara la división.

Los jefes de Estado se pueden saludar “cordialmente” y hablar entre “hermanos (nas”, pero la conducción de sus pueblos son diametralmente opuestas.

Costa Rica, la “Suiza de Latinoamérica” es, probalmente, el país menos autocrático. El resto ha pasado de dictaduras militares a gobiernos que lucharon por sus libertades y finalmente las cancelaron.

Los ejemplos más acabados de ello son Cuba, en primer lugar, Venezuela, Nicaragua y Bolivia, en donde la libertad de pensar es un delito y la de escribir, un ataque a sus gobiernos.

Desde hace un par de décadas, algunos gobiernos de la región se han puesto de acuerdo para “cancelar” a la Organización de los Estados Americanos (OEA) creada en 1948 y con sede principal en Washingrton, D.C., por estar de rodillas ante Estados Unidos. El propósito no se ha alcanzado y muchas de las decisiones que se toman en el organismo no se tomadas en cuenta o bien se cumplen a madias, digámoslo así: para tapar el ojo al macho.

En los últimos 10 años, tiempo en el que Luis Almagro ha desempeñado el cargo de secretario general de la OEA, han sido múliples las peticiones de su renuncia que, nunca cuajó y será hasta este año cuando se lleve a cabo el relevo. Dos periodos habrá cumplido el uruguayo y la región del continente americano -incluye a Estados Unidos y Canadá además de las islas del caribe- se encuentra más dividida que antes.

El nacimiento de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) en 2011, ha reclamado el derecho de los 33 países integrantes, de ser respetados y que sus decisiones tomadas en sus cumbres -como la que se realizó en Honduras este inicio de semana- deben ser cumplidas por las partes y si bien la exclusión de Estados Unidos y Canadá poco peso tienen, quienes presidente pro témpore el organismo, suponen que unidos serán una verdadera fuerza económica y politica que se preocupará por mejorar las condiciones de sus gobenados.

Las diferencias ideológicas, la presencia de verdaderos autócratas gobernando -México avanza a paso veloz para llegar al podio-, la dependencia comercial de Estados Unidos, las presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) que predica cómo se deben manejar las economías, la falta de tecnologías avanzadas, la mala relación con Washington y la lejana Unión Europeo y más distante Asia, con China que ahora está presente en la región de manera impresionante y su avance parece ser imparable; con una educación poco menos que mediocre, pobreza extrema, millonarios en abundancia que hicieron fortuna como jefes de sus estados y corrupción, imunidad, narcotráfico y crimen organizado presente de manera innegable, hace virtualmente imposible la unidad que propone la presidenta mexicana.

Dar consejo para contener la migración en base a gobiernos expulsores, no tiene fundamento. México podría ser el mayor generador de migrantes. El tamaño de su población cuenta y mucho y más el desempleo, la falta de oportunidad para, como aspiracionista de mejor calidad de vida propia y de sus fsamilias, han hecho que 5.5 millones de nacionales se encuentren ilegalmente en territorio estadounense. La presidenta subraya que se deben atender las causas y se convierte en el personaje que mira la paja en el ojo ajeno e ignora la vida del propio. Es probable que no sea su personal pensamiento, pero se encuentra inoculada por su mentor.

Quizá la renuncia de Brasil a seguir siendo parte de la Celac sea una descripación casi perfecta.

Al comunicar a la Celac en 2020 su decisión de «suspender su participación en actividades de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) por considerar que el organismo no tiene condiciones para actuar adecuadamente en el actual contexto de crisis regional», El canciller brasileño Ernesto Araújo, al hacer referencia al retiro de la misma, sostuvo que consideraba que la Celac «daba protagonismo a regímenes totalitarios».

Ni cómo decir que no tenía razón. Brasil retornó a sus participaciones en el momento en que Luiz Inacio Lula Da Silva regresó a la presidencia.

¿Quién tiene los tamaños para ser líder de la Celac y convertir al organismo en la voz de América Latina y el Caribe?

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesús Michel, en X Misionpolitica2000@gmail.com y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

 

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