
El Gobierno de Venezuela alertó sobre la existencia de un plan de «falsa bandera» que tendría como objetivo instalaciones de Exxon Mobil en la zona marítima por delimitar del territorio del Esequibo, actualmente en disputa con Guyana, en el cual estarían involucrados diversos sectores, entre ellos, la firma petrolera.
«Estaban preparando para el día [7 u 8 de abril], un ataque para bombardear, destruir la plataforma de la Exxon Mobil y decir que el culpable es Venezuela (…) ¿Por qué? Porque el 9 de abril es la cumbre presidencial de países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y quieren manchar la cumbre con un hecho violento», denunció el presidente Nicolás Maduro durante la transmisión de su programa Con Maduro+.
De acuerdo con el mandatario, las intromisiones buscarían afectar la discusión de temas centrales en el evento, como los aranceles, la migración, el desarrollo económico compartido y el respeto a la soberanía de los países en contra de las sanciones de otros entes.
Este mensaje ya había sido dado a conocer por la vicepresidenta ejecutiva venezolana, Delcy Rodríguez, quien señalaba como responsables de dicha operación al fundador de la corporación militar privada Blackwater, Erick Prince y a la dirigente opositora, María Corina Machado.
La experta venezolana en relaciones internacionales, Elizabeth Pereira, analiza en entrevista para Sputnik la alerta emitida por el Gobierno venezolano.
Asimismo, refrenda el llamado de Maduro a la comunidad de países del Caribe para «abrir los ojos» ante esta clase de conspiraciones contra la paz de la región.
Desde una perspectiva geopolítica, Pereira afirma que «Guyana se ha convertido en una plataforma de proyección de poder de Estados Unidos y sus aliados en el Caribe Oriental», zona históricamente dominada por intereses imperialistas.
Para la analista, señales claras de este escenario son «la creciente militarización del territorio guyanés, la instalación de bases logísticas, ejercicios militares conjuntos con el Comando Sur y el desembarco de personal extranjero vinculado a operaciones de seguridad privada».
Estas acciones buscan «justificar una narrativa de agresión venezolana, construir una legitimidad ficticia para futuras acciones unilaterales de defensa y abrir la puerta a una intervención disfrazada de protección de intereses corporativos», advierte Pereira.
El conflicto por el Esequibo, un territorio rico en petróleo, gas natural, biodiversidad y agua dulce, no es local sino parte de una «reconfiguración del tablero hemisférico» en medio de una transición geoeconómica global, según Pereira, quien enfatiza que «la pérdida de influencia de EEUU en América Latina y el Caribe ha motivado una política más agresiva de recolonización de territorios estratégicos».
Información; @Sputnik
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