Por Juan Lehmann
Desde Argentina
El Banco Central informó que, desde la asunción de Milei, apenas logró retener menos de la tercera parte de los dólares que ingresaron a sus arcas. El dato enciende interrogantes sobre una exigencia fundamental del Fondo de cara al nuevo crédito. «La pregunta es cuánta devaluación exigirán a cambio del préstamo», dijo a Sputnik un experto.
La negociación entre el Gobierno de Javier Milei y el Fondo Monetario Internacional (FMI) atraviesa horas decisivas. Más que la factibilidad de concreción del nuevo préstamo, la interrogante central que asoma por estas horas apunta a las exigencias que pondrá el organismo para ceder un nuevo crédito al país más endeudado —y que más acuerdos ha celebrado— con la entidad con sede en Washington.
El Directorio Ejecutivo del Fondo mantuvo un primer encuentro informal con el equipo técnico que sigue el caso argentino. Si bien se trata de una señal clara de la evolución en las negociaciones, el mercado financiero en Buenos Aires mantuvo la presión sobre el tipo de cambio, elevando al dólar blue (el paralelo ilegal) por encima de los 1.300 pesos argentinos —su valor nominal más alto en seis meses— y disparando la ‘brecha’ con la cotización oficial hasta el 20%.
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Es que el virtual acuerdo a celebrar reviste tres grandes incógnitas: el monto del programa, que el Ejecutivo estima en torno a 20.000 millones de dólares; el grado de libertad del cual disponga el Gobierno sobre los «fondos frescos» que reciba como parte del crédito, y el nivel de devaluación que exigirá el FMI.
El último punto es el que suscita mayor incertidumbre. La lectura del mercado es simple: pese a ya estar en niveles históricamente «baratos», el Ejecutivo dispuso que el dólar oficial apenas subirá 1% por mes, contra una inflación promedio más cerca del 3% mensual. Es decir que el tipo de cambio evoluciona más lento que los precios, en sintonía con lo ocurrido en 2024, cuando el peso argentino fue la moneda que más se fortaleció a nivel mundial.
Es en ese marco de dudas que llegó un dato contundente en torno a la sostenibilidad del dólar. El vicepresidente del Banco Central argentino (BCRA), Vladimir Werning, publicó un informe donde reconoció que la entidad apenas logró retener menos del 30% de los dólares que ingresaron en sus arcas desde que Milei llegó al Gobierno.
Desde diciembre de 2023, la institución compró 25.000 millones de dólares, de los cuales apenas pudo mantener como reservas netas unos 7.000. El dato se explica por diversos factores, entre los que resalta la constante intervención del Banco Central en el mercado para contener el tipo de cambio y evitar una devaluación que podría redundar en un nuevo salto inflacionario, algo que la Casa Rosada busca evitar a toda costa en la víspera de las elecciones legislativas.
En las últimas dos semanas, el Banco Central perdió nada menos que 1.300 millones de dólares, manteniendo las reservas en niveles negativos, que significa que el caudal de divisas de sus arcas son menores a las deudas comprometidas con entidades como el Fondo Monetario Internacional.
La pregunta del millón
«Lo que estamos viendo en torno a la presión sobre el dólar y los indicadores financieros negativos es nada menos que el costo de la incertidumbre. La pregunta que se hace el mercado es básicamente cuánta devaluación exigirá el FMI a cambio del préstamo, que a esta altura es un requisito impostergable para el Gobierno», dijo a Sputnik el economista Francisco Cantamutto.
Según el especialista, uno de los ejes centrales que signará al crédito reside en el grado de libertad que le darán a Milei para usar los fondos frescos que lleguen, es decir, aquellos que van por fuera de los compromisos de intereses de deuda que Argentina tenía comprometido para los próximos años. «Es previsible que haya bastante exigencia para evitar un gasto discrecional de estos dólares», apuntó el experto.
«El Banco Central está perdiendo reservas para sostener el tipo de cambio. El problema es doble, porque mientras mantiene el dólar barato, vemos que cada vez hay más turistas argentinos que consumen dólares en el exterior, o que la balanza comercial muestra que hay muchas más importaciones que exportaciones», destacó el investigador.
Distancia de rescate
Los escasos 500 metros que separan a las oficinas centrales del FMI de la Casa Blanca reflejan un factor favorable para Milei: el insoslayable peso de Estados Unidos en las decisiones del organismo de crédito, en el cual concentra el 17% de las acciones.
El historial marca un antecedente inmediato: la presión ejercida en 2018 por Donald Trump, durante su primera presidencia, para que el FMI desembolsara la friolera de 45.000 millones de dólares al entonces Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), afín al republicano.
Tras sendos gestos favorables del mandatario norteamericano hacia el argentino, quien se sumó al apoyo público fue el presidente francés Emmanuel Macron, quien afirmó en sus redes sociales que Buenos Aires «siempre podrá contar con el apoyo de Francia». El dato no es menor, dado que París es uno de los miembros de mayor peso en el directorio del FMI.
Según Cantamutto, «está claro que el Fondo tiene la decisión tomada de avanzar en el acuerdo: que sigan los esfuerzos sin saber siquiera el monto a prestar, da cuenta de que hay una voluntad política más allá de cualquier diferencia en las condiciones del crédito».
Información: @Sputnik
© AP Photo / Andrew Harnik
