Viene la noche

Yo Campesino
•Todos, hasta los opositores quieren que le vaya bien a la 4T, pero…
Miguel A. Rocha Valencia
Contra lo que opinan los cuatroteros, no hay mexicano que en su sano juicio desee que le vaya mal al actual gobierno, por el contrario, quisiéramos un sexenio de excelencia, con crecimiento, desarrollo, justicia y seguridad, pero lamentablemente todo indica que será lo contrario y no sólo por factores externos como los aranceles trumpistas sino por incapacidades, soberbia o porque así lo decidieron quienes hoy ocupan Palacio Nacional, incluso omnipresentemente.
A pocos días de que se cumpla el dos de abril en que se conmemora la batalla en que Porfirio Díaz derrotó a las fuerzas republicanas en Puebla en 1867 y en paradoja entrarán en vigor los aranceles generalizados de Donald Trump, nuestro país muestra sus debilidades en todos los aspectos especialmente el económico y alimentario donde los déficits se vuelven abismales.
Por un lado, ya se ha dicho mucho de las grandes deudas dejadas por el que no iba a pedir prestado y nos dejó comprometido más del 51 por ciento del PIB y un déficit en su último año del siete por ciento, herencia que obligó a su sucesora a pedir otro billón 200 mil millones para cubrir sus necesidades de repartir dinero gratis que “curiosamente” en 2025 alcanzará casi esa suma en sus programas sociales.
Es decir, más deuda, más necesidades de pago a las más altas tasas del mercado y para colmo sin que ese dinero se refleje en crecimiento o desarrollo, pues el PIB no pasará del 0.6 por ciento, si nos va bien. La buena noticia es que con eso se compra más agradecimiento popular y aceptaciones del 80 por ciento.
La mala noticia es que no se genera más empleo ni crecimiento más que de los débitos que ya son muchos especialmente en cuenta corriente “gracias” al nacionalísimo rescate de Pemex que puros números rojos tiene con su peor caída en producción, ingresos y aportaciones al presupuesto federal y por ende a los de los estados.
Además, junto con pegado aumentará nuestra “deuda” alimentaria ya no sólo por la falta de apoyos a los campesinos sino a la ausencia de lluvia (hay presas al dos por ciento) que propicia la cancelación de siembras temporaleras mientras que el ciclo primavera verano, hace ver que las importaciones graneleras se irán para arriba y con ellas las de cárnicos lo mismo bovinos que avícolas y porcinos.
Y es que de acuerdo con la Unión Nación la de Trabajadores Agrícolas y Campesinos que comanda Álvaro López Ríos si en 2024 las compras de maíz alcanzaron 25 millones de toneladas, cinco más que en 2023, para 2025 el panorama es desalentador pues las compras subirán en seis millones de toneladas para alcanzar 31 millones de toneladas de grano, aunque sea transgénico lo cual marcará más allá de un récord histórico, la mayor dependencia alimentaria registrada por el país.
A eso se sumarán no menos de 3.5 millones de toneladas de trigo panificable y macarronero ya que el cultivo dejó de ser atractivo y en el otoño invierno dejaron de sembrarse miles de hectáreas por falta de lo mismo, apoyos a la producción lo mismo en la zona del Bajío que en Sonora y Baja California, principalmente.
De hecho y ante la debacle del agro mexicano, el dirigente agrario López Ríos anunció que su organización (UNTA) encabezará cuatro marchas del dos al 10 del próximo mes procedentes de Morelos, Querétaro, Puebla y Guanajuato para exigir auxilio por parte del gobierno federal para evitar una mayor cancelación de hectáreas al cultivo.
Van a solicitar infraestructura agrícola que incluye apertura de pozos, caminos y todo lo necesario para producir. Dijo López Ríos que de plano el plantear un precio de garantía no fue solución porque al final, nadie lo paga o no compensa los gastos de producción y los riesgos que conlleva.
Cabe mencionar que el déficit de maíz blanco será como nunca sin olvidar que este grano es para consumo humano. Álvaro López culpó a la crisis hídrica que vive el país por la falta de planeación, así como a la sequía crediticia y presupuestal de ahí que muchas cosechas sean sólo de ilusiones porque ante la falta de apoyo gubernamental, el sector agrícola está en manos del agiotismo y la usura además de pagar derecho de piso por cosecha o venta de cosechas y ganado provocando una mayor inseguridad y con ello la migración y el abandono de tierras.
Tan es así que raíz del cierre de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero hace tres años, en el Bajío, antes considerado “el granero de México”: Querétaro, Guanajuato y la parte noreste de Michoacán, hay tres clases de créditos: las cajas de ahorro, que prestan al 1.5 por ciento y del préstamo descuentan el 20 por ciento adelantado; el crédito del agiotista al cuatro por ciento de interés mensual y las casas comerciales que venden insumos a quienes les solicitan fertilizante o insecticida y dan el paquete a pagar en la cosecha, pero con un 10 por ciento de comisión.
Así que las cosas se complican y lo peor es que parecen no estar enterados en el gobierno o precisamente por eso nos dan pan y circo para distraernos.
Foto: l’historia
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