
*A Diferencia de la UE, China y Canadá, México
“Aguanta” Amenaza de Aranceles
*La Aversión a los Jueces de la Corte Suprema
Materializada por la Reprimenda
*”Sleepy Joe”: Era un Genuino Halcón de los Largos
y Profundos Sótanos de Washington
*En el Oscar el Cambio de Piel; la Negrura fue
Borrada de las Primeras Filas
*El Premio al Filme de una Prostituta, Condujo
al Apelativo “El Golfo de América
Las Cincuenta Formas de Trump
POR SILVESTRE VILLEGAS REVUELTAS
“Donald Trump convierte la realidad en un programa de televisión donde él es la estrella. Es como vivir en un circo, es un caos. Nadie entiende nada. No hay ningún orden, ninguna teoría de nada y sobre todo es agotador…” Álvaro Enrique, 2025. (Milenio Diario, 18 de marzo. Entrevista realizada por Vicente Gutiérrez).
Trump y los estadounidenses
Para entender la figura de Donald Trump y la forma como ha venido actuando es indispensable comenzar estas reflexiones de carácter libre a partir de lo que significa sentirse ciudadano de los Estados Unidos, ciudadano de los originales formadores de la Unión Americana: esto encarna en ser racialmente blanco, culturalmente anglo-sajón y de alguna religión del cristianismo protestante (WASP). Preferentemente, se es americano, si se abraza el credo presbiteriano, en segundo lugar, el anglicano o episcopal y en tercer nivel el luteranismo, aunque éste fuera la primera iglesia del protestantismo histórico. Lo último no quiere decir que alguno de los allegados de Trump pertenezca a alguna iglesia evangélica como los bautistas, algunos otros católicos confesos, de religión hindú como Usha Vance, la esposa del vicepresidente…pero ello significa heterodoxias que pueden tolerarse, si los afiles ayudan a mi proyecto. Igualmente debe recordarse que Trump, versión uno, se le vio muy poco en oficios religiosos, a diferencia de la propaganda de todos sus antecesores presidenciales.
En la misma entrevista al literato y unamita Álvaro Enrique éste decía que en la universidad donde enseñaba en la Ciudad de Nueva York, sus alumnos y vecinos eran contrarios al proyecto trumpiano, no habían votado por Donald y estaban perplejos. Ello me recordó que hace ocho años y cerca de las votaciones de 2024 les insistía a mis amigos universitarios que dejaran de leer el New York Times o el Washington Post, no porque fueran malos periódicos sino porque entender a los Estados Unidos profundo, deberían estar consultando diarios de Alabama, de Iowa, de Texas y Nebraska. En lugar de tomar como oráculo lo que señalaban los investigadores del Wilson Center, buscar la discusión política en universidades evangélicas, think tanks conservadores y portales de internet críticos de la llamada cultura woke. En su versión mexicana, era como si en la pasada campaña electoral, solamente se tomara en cuenta como oráculo de la verdad y de la visión del país lo que señalaban Ciro Gómez Leyva, Azteca Televisión y la campaña rosa, obviando todo lo que indicaba el espectro opuesto que le dio el triunfo a Sheinbaum.
Donald Trump -versión 2 como lo han llamado en diversos medios internacionales- es resultado de lo que él vivió judicialmente a lo largo del cuatrienio de “sleepy Joe”: éste era un genuino halcón de los sótanos de Washington. Su aversión a los jueces se materializó recientemente cuando se quejó amargamente de un juez que declaró anticonstitucionales los vuelos que deportaban criminales a la mega cárcel en El Salvador. La Suprema Corte de Justicia ya lo reprendió y cada vez con más frecuencia, se irá dando un genuino enfrentamiento entre los poderes Ejecutivo y Judicial estadounidense, mismo pleito que ha sucedido en México, Hungría, El Salvador, Perú y otros países donde los juzgadores en el sistema judicial de cada país se han opuesto a los afanes presidenciales. Para Trump, los deportados eran criminales confesos ya encarcelados en prisiones de EEUU. Asimismo, para el trumpismo, como también ha sucedido en la realidad mexicana, dicho tipo de jueces llevan años liberando a capos de la droga y escondiendo expedientes de multimillonarios adeudos fiscales, como el caso de Salinas Pliego. A Donald Trump lo eligieron mayoritariamente (porque 51 contra 49 es mayoría) muchos estadounidenses más allá del peyorativo calificativo de “red neck” o cuello rojo de los trabajadores al aire libre. Los millones de votos, que fueron más de lo que las equivocadas o sesgadas encuestas peroraban, mostraron un respaldo del Estados Unidos profundo que en este caso sí incluye a las clases medias altas, al gran capital, a los muy conservadores hispanos, determinados negros, a los militares y a muchos universitarios que no estudian en Berkeley o MIT. Pero estoy seguro que determinados estudiantes, docentes y personal administrativo de dichas instituciones votaron por Donaldo porque no les gustaba la idea de ser gobernados por Kamala Harris con todo lo que ella representa. Un colega, historiador mexicano que vive en el suroeste americano, vociferaba que tenía que soportar a “los chairos” americanos y ello le producía profundo malestar porque voluntariamente se expatrió porque detestaba a “los chairos” de MORENA. Es el problema de no interpretar correctamente los malestares, cambios requeridos y ejecutores populares, que no populistas, los cuales existen y se materializan en periodos de gobierno durante determinados momentos históricos, bajo el PROBLEMÁTICO devenir de los estados nacionales.
TRUMP, ARANCELES Y LOS
ENCONTRONAZOS COMERCIALES
Hasta el momento, el mundo no ha llegado a una guerra comercial, aunque los amarillistas medios de comunicación y otros tantos amarillistas comentócratas lo han vociferado a los cuatro vientos. Donaldo Trump es de la vieja guardia y seguramente en sus horas universitarias y en las conversaciones que tuvo con su padre amén de otros influyentes personajes, seguro el tema de los aranceles, el histórico asunto del enfrentamiento entre naciones más aperturistas comercialmente hablando, como la Inglaterra de finales del siglo XVIII y centurias adelante, frente a países proteccionistas como Francia y España en diversos siglos, modelaron en el criterio trumpiano: uno de los dilemas más importantes del mundo contemporáneo. Algunos teóricos del comercio y la economía mundial han subrayado que ni ha habido, ni hay hoy un genuino libre comercio, porque las potencias económicas siempre han cerrado sus fronteras u obligado a los débiles para que las abran en el tema de los aranceles, cuando se afecta sectores económicos clave de la potencia comercial. Han sido los gobiernos en cada país quienes a discreción han desarrollado políticas comerciales/arancelarias en uno u otro sentido, reconociendo que el mundo neoliberal a partir del thatcherismo-reaganista pugnó y consiguió un coro mundial, que repitió como dogma de fe los beneficios del libre comercio. Para Adidas o Nestlé evidentemente sí, en cambio para Chocolate Morelia y Camiones Sultana no.
Hasta el momento, la administración de Trump ha bravuconeado y ha lanzado algunos golpes que los europeos, canadienses y chinos han sabido sortear sin llegar al rompimiento. México está a la expectativa según lo ha declarado la presidenta Sheinbaum, porque aguantar es su política y porque tampoco somos una potencia industrial, sino un país maquilador de tecnología extranjera. Lo que sí es cierto es que aquellos países de Europa, la misma Canadá y deberíamos los mexicanos estarlo haciéndolo ya, unos y otros están buscando la diversificación en sus exportaciones. ¿Quién hoy habla con mucho entusiasmo del nearshoring de México respecto a los Estados Unidos? Aquél no ha desaparecido como estrategia y realidad industrial, pero las políticas y desplantes trumpianos ya han provocado que empresas extranjeras salgan del país o en sentido complementario como Ford-México, deje de producir ciertos automóviles en la república para hacerlos en la Unión Americana. Me parece que el trumpismo económico es más una política nacionalista que proteccionista (porque no son sinónimos). Los Estados Unidos igual que otras potencias industriales han tenido momentos donde la prioridad fue proteger SU INDUSTRIA. Ya se ha indicado que en México y a manera de continuación de lo anotado con los chocolates, entre 1950 y 1980 se producían autobuses foráneos, magníficos zapatos de cuero frente a los plasticosos estadounidenses; en sentido opuesto las políticas de liberación comercial desde el salinato resultaron en la entrada de artículos –muchos electrodomésticos- que solamente se conseguían por medio del contrabando. No se trata de rasgarnos las vestiduras y envolvernos en la bandera nacional sino, como señaló un investigador del IMCO: México es una potencia productora de pantallas planas, pero solamente el 23% son componentes hechos en el país. La meta -como los chinos- es que produzcamos del 70 al 90 por ciento de tales componentes, que el producto sea realmente mexicano y se exporte cumpliendo con la normatividad requerida por socios comerciales y otros mercados.
EL TRUMPISMO, LA POLÍTICA
EXTERIOR Y SUS VALORES
Es evidente que a Donaldo le encanta ser el foco de atención como lo señaló Álvaro Enrique en el epígrafe de este texto. Hasta el momento lo ha conseguido porque desde el 20 de enero el presidente de los Estados Unidos está en todos los noticiarios, varias veces al día y, como circo, en las diversas pistas actuando simultáneamente. Una vez conté en Milenio Diario hasta diez páginas donde el gringo era la noticia: era comentado por los editorialistas, era retratado respecto a su oposición con la Unión Europea, se le intentaba descifrar con el tema de la seguridad en la frontera mexicano-estadounidenses y su conexión con la industria del fentanilo y el narcotráfico a diversas partes del mundo, destinado a los EEUU como a otros países. Cuando se llegaba a los textos de las secciones educativas y culturales los comentócratas subrayaban la cerrazón ideológica de Trump, sus errores al considerar que en los Estados Unidos solamente se consideraba dos géneros sexuales: hombres y mujeres. Quién haya visto la entrega de los premios Oscar, dicho evento tuvo marcadas diferencias porque “se blanqueó” respecto a los conductores, presentadores y primeras filas de butacas del teatro Kodak. Retomó valores morales del trumpismo en los pseudo chistes que le pegaron a “Emilia Pérez” y premiaron como mejor película estadounidense a un filme que retrata la vida de una prostituta: una de las diversiones preferidas de Trump. Dicho gusto ha sido señalado y reproducido en diversos trabajos en plataformas de streaming, inclusive en un tiktokazo titulado “El golfo de América”.
Donald Trump juega con su presencia y no le molesta en nada ser el abusador de la comarca. Magníficas imágenes salieron cuando no le estrechó la mano a la alemana Merkel y se le adelantó a la reina Isabel de Inglaterra (dicho sea de paso, el rey Carlos III está haciendo un muy digno y DISCRETO papel, a contrapelo del protagonismo de su difunta madre). No creo que sea fácil tener enfrente al monstruo naranja que ahora ha pasado a ser amarillo -como lo han calificado algunos columnistas internacionales-. Los líderes de la Unión Europea lo detestan, pero gentes como doña Ursula y la alta jerarquía de dicho club son también unos verdaderos halcones. Eso sí, vestidos y disfrazados de todo lo políticamente correcto que pudiera exigirse en una revista de sociales. Comprendo las variaciones con las que trata a Zelenski, a Putin, al emperador Xi, a doña Claudia, y a Merloni, pero me molesta, aunque entiendo la estrategia de su alianza con Israel y su premier Netanyahu. ¿Hacia dónde va el mundo? A una próxima guerra con los esquimales de Groenlandia y norte de Canadá como señaló el New York Times. A que el destructor de la marina estadounidense haga un periplo y demostración de fuerza en el Golfo de México porque no tiene contrapesos en las armadas de nuestro país o Cuba. Indudablemente ha metido miedo y presiona todos los días al gobierno morenista de México para que sea efectivo en el combate a las bandas de narcotraficantes, que, aunque me mortifique, sí son unos terroristas porque llevan décadas de aterrorizar a productores de limón, a ganaderos, aterroriza a locatarios de mercados populares, a jóvenes que al salir de fiestas -santas y non santas- han sido secuestrados. En fin, un rosario de crímenes que más allá de las diversas drogas, en el día a día, la sociedad mexicana, en particular los que han sufrido su violencia consideran a los narcos unos terroristas asesinos, ELLO INDEPENDIENTE DE LO QUE DIGA U ORDENE Trump.