
El asesor principal del presidente turco, Mehmet Ucum, calificó a la UE como un «enfermo de la modernidad», afirmando que la organización no puede dar lecciones de democracia a Turquía mientras enfrenta sus propias crisis.
«La Unión Europea es el enfermo de la modernidad. Aquellos que hablan en nombre de este ‘enfermo’ primero deberían mirarse a sí mismos. ‘El enfermo de la UE’ no puede dar a Turquía clases de democracia y derecho. Que se ocupen de su propia crisis de democracia y derecho», escribió Ucum al comentar un informe del Parlamento Europeo.
Sus comentarios fueron una respuesta al informe del ponente del Parlamento Europeo sobre Turquía, Nacho Amor, en el que se señala que, aunque la UE busca ampliar la cooperación con Ankara en materia de defensa, no hay perspectivas de que Turquía se convierta en miembro del bloque europeo.
«Básicamente, la Unión Europea está muriendo. Que resuelvan sus propios problemas con la crisis de democracia, derechos humanos e injusticia social», expresó Ucum.
El asesor acusó a la UE de hipocresía, señalando que el bloque quiere que Turquía debilite su lucha contra el terrorismo y ve a Ankara solo como una herramienta para garantizar su propia seguridad.
«El presidente Erdogan aborda sinceramente la cuestión de la membresía en la UE, mientras que el bloque actúa con hipocresía y doble rasero», subrayó.
Uсum también recordó las violaciones de derechos humanos en la organización europea:
las protestas de los «chalecos amarillos»,
el aumento del racismo,
la islamofobia,
el apoyo a políticas de genocidio, como en Gaza.
Así mismo, destacó que Turquía ya no permitirá relaciones ‘verticales’ con la UE y subrayó que Ankara interactuará con el bloque solo en igualdad de condiciones.
Turquía presentó por primera vez su solicitud para unirse a la Unión Europea en 1987 y fue reconocida como candidata oficial 12 años después, en 1999.
Las negociaciones sobre la adhesión del país otomano comenzaron solo en 2005, pero fueron suspendidas repetidamente por las discrepancias respecto al problema de Chipre.
En marzo de 2016, Bruselas reanudó las conversaciones con la condición de que el gobierno turco ayudara a reducir el flujo de refugiados hacia Europa.
No obstante, las relaciones entre Turquía y la UE se deterioraron nuevamente tras el intento de golpe de Estado en 2016. La respuesta de Ankara, que incluyó detenciones masivas y otras medidas represivas, generó fuertes críticas por parte de la UE, lo que llevó a una nueva suspensión de las negociaciones.
Posteriormente, el proceso de adhesión se estancó prácticamente en 2018, cuando Bruselas decidió suspender las negociaciones debido a la crisis económica mundial. Sputnik