
Yo Campesino
* Muy pobre plan México y de difícil consecución sin dinero ni talento
Miguel A. Rocha Valencia
Ya sabemos que en los gobiernos cuatroteístas hay “mucho talento”, tanto como el que despliegan los mediocres (casi todos) funcionarios públicos de “alto nivel” donde la cumbre máxima en Marcelo Ebrard que por ejemplo es un ignorante frente a un Ildefonso Guajardo Villarreal o un José Gurría Treviño.
A lo más que llega el actual secretario de Economía es licenciatura en Relaciones Internacionales en el Colegio de México y maestría en Administración Pública con un roce internacional limitado por la misma medianía de la 4T y sus presidentes.
Gurría Treviño además de la UNAM, estudió en Harvard, Universidad Lees escuela de Negocios y tiene proyección internacional de primera lo mismo que Idelfonso Guajardo quien además de estudiar licenciatura en la Universidad Autónoma de Nuevo León, pasó por la estatal de Arizona con maestría y doctorado en la de Pensilvania donde además dio clase en la escuela de Negocios.
Trayectoria acompañada de empleos en instituciones del extranjero donde sobresale Gurría en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos de la cual fue secretario general muchos años.
De ahí, para abajo; el que se salvaba era Ramírez de la O a quien le impusieron agenda y aceptó dejar un país endeudado, aunque para los de la 4T, con estabilidad económica. Prefirió irse como sus dos antecesores.
Tal vez a eso se deba el pobre plan México para enfrentar la crisis presentado con bombo y platillo ante 350 mil mexicanos convocados al zócalo la semana pasada donde sobre sale el talón de Aquiles de la 4T que es la compra del agradecimiento popular disfrazado de acción de justicia social, el reparto gratuito de dinero donde los recursos financieros son escasos y gravitan cada vez más en el déficit público que para este año se calcula en 3.9 por ciento, es decir dos puntos menos que en 2024, con un techo de endeudamiento de un billón 200 mil millones de pesos.
No obstante, uno de los puntales de la política para contrarrestar las amenazas cumplidas de Donald Trump en materia arancelaria es destinar más recursos para ampliar la cobertura de los Programas para el Bienestar, es decir repartir dinero gratis sin un sustento de actividad económica que lejos de ayudar es generador de deuda y hasta de inflación al inyectarse efectivo sin respaldo productivo.
Esto viene a comprometer junto con los pagos obligados de intereses y capital de deuda incluyendo la gigantesca de Pemex, los demás puntos, como el “fortalecimiento del mercado interno” mediante el aumento a los salarios mínimos, pero no como resultado de mayor eficiencia y productividad empresarial, sino de meter más dinero a circular también genera inflación, aunque lo disfracen demagógicamente de justicia social.
Luego plantean ampliar la autosuficiencia en alimentos básicos y energéticos: “Que se produzca en México lo que consumimos en México, lo principal”, lo cual ha sido una de las más crueles banderas políticas de por vida, máxime si tomamos en cuenta que para este año las importaciones tan sólo del satanizado maíz transgénico llegarán a 25 millones de toneladas que representan el 40 por ciento del consumo nacional humano y pecuario.
Nos dicen desde el mismo gobierno que van a promover la inversión pública y nos preguntamos ¿Por qué no lo han hecho? Y la respuesta es fácil, no hay dinero y la iniciativa privada nacional o extranjera no le entra, por eso Tren Maya, AIFA y refinería Dos Bocas, se hacen con recursos públicos que ya no alcanzan.
De tal suerte que impulsar la construcción de los trenes a Nogales y Nuevo Laredo serpa o con Banobras, dinero fiscal o a través de una concesión donde podría estar China. Y lo de la vivienda, pues se hará con dinero de todos los mexicanos que guardaron su dinero en el Infonavit, porque no habría de donde sacar recursos para hacer un millón de casas, a ver si no se lo roban.
Otros países como China van más allá como 30 nuevos proyectos de energías limpias, construcción de la presa más grande del mundo en el Tibet para generar 300 mil Kwh al año, nueva generación de trenes ultra rápidos, avances en materia nuclear aplicada a la generación de energía; construcción de barcos y aviones, desarrollo de inteligencia artificial y G6 más barata que la de Elon Musk.
Se trata de proyectos en serio que generarán empleo y riqueza por sí mismos y por ende desarrollo y con ello, la justicia social que se transforma de demagogia en hechos. Eso si es pensar en grande y no en repartir dinero para un falso crecimiento que disfraza la compra de agradecimientos.
Como dicen, pensemos en grande…