Ignorar a Sheinbaum, grave…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Si los cortesanos no están pendientes a qué hora pasa su “Majestad”, merecen ser dados de bajo y convertidos en bufones, con una condición, que hagan llorar, porque para hacer reír son “magníficos”. Solamente hay que escucharlos y entender que de cocina no saben nada y el engrudo se les hace bolas.

Para los asistentes a la fiesta dominical, el hecho pasó de noche. La lejanía del templete desde donde la presidenta Sheinbaum pronunció su discurso -triunfalista, como debe ser para mantener debidamente “informado al pueblo”- era difícil observar qué pasaba. 

Ahora sí, gracias a las benditas redes sociales, nos enteramos. Porque en la televisión y el circuito cerrado a través del cual se envió la señal a las decenas de pantallas gigantes para que nadie se perdiera las palabras presidenciales.

Justamente dos minutos antes de subir al templete, la presidenta caminaba por el asfalto y un grupo de siete -y no los magníficos- daban la espalda a la parte frontal de Palacio Nacional.

Estaban festejando, dijeron después, el éxito del evento.

Formaditos, como soldaditos que posan para la foto, Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Manuel Velasco, Luisa Alcalde y a la extrema izquierda Andy López. Hay otros personajes que no son identificables, pero deben ser amigos de los amigos del secretario de organización de Morena.

Posando y jamás voltearon hacia atrás. No lo hacen ni para tomar vuelo.

La presidenta los miró… medio se acercó al grupo, pero mantuvo el paso, mientras mostraba una sonrisa ¿de satisfacción o angustia?, y extendió la mano para decirles ¡aquí t’oy! pero nadie movió siquiera el cuello.

Ah, eso sí, todos sonreían y se decían unos a otros… por acá, mira ahí está…

La presidenta fue groseramente ignorada por sus vasallos.

Algo así solamente confirma las versiones que se han multiplicado en el último mes y son acólitos de otro sacerdote, no de la sacerdotisa.

En lo particular, usted lo sabe y bien, no soy fan de la forma de gobernar de la doctora Sheinbaum. Sin embargo, me merece respeto por la investidura presidencial.

Sería incapaz de ignorarla cuando pasara a 20 centímetros de mi espalda.

De llamar la atención que la presidenta caminara en soledad. Sí, levantando el brazo izquierdo y saludando a quien la miraba detrás de las cercas que se colocan para dejar el paso libre.

¿Dónde estaba su guardia personal?

La presidenta no debe, no puede, estar sin el cobijo de sus asistentes, militares o no. Su cuerpo debe ser cubierto por los elementos que tienen la obligación de ofrendar la vida para salvarla.

Nadie garantizó su seguridad y, eso de que el “pueblo es el guardián de la 4 t” no deja de ser una grotesca mentira.

El horno no está para croissants.

La presidenta debería, en condicionado, tomar en cuenta la actitud de quienes se dicen fieles a su persona y su mandato. 

Por lo observado, parece que el príncipe heredero toma el lugar que todavía no le corresponde y, deseable, por cierto, que no llegue el tiempo en que sea coronado.

Si ignorar a la presidenta, por omisión o comisión, como fuere, demuestra la “unidad” que se presume en el movimiento, la acción de este domingo, muestra la contrario y, a distancia de 5 años, ya están alineados ¿con quién?

Habría de esperarse que los vasallos recibieran el merecido castigo.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesús Michel, en X Misionpolitica2000@gmail.com y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada

 

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