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Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Con Rafael Caro Quintero, ahora sí que El Chapo Guzmán y Genaro García Luna pueden formar el trío que cante y divierta a sus compañeros en la prisión ADX Florence o “Supermax, mejor conocida como “Alcatraz de las Montañas Rocosas”.
La extradición del que fuera fundador del Fundador del Cártel de Guadalajara junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, fue inesperada. El capo tenía un amparo que suspendía cualquier intento de entregarlo a Estados Unidos.
Será procesado y enviado a ADX Florence. El juicio se presume sería rápido. Su grueso expediente en manos de la justicia de Estados Unidos no deja dura al respecto.
Más allá de que se forme el trio Rajoge, su entrega a las autoridades estadounidenses “coincidió” con la reunión de alto nivel que se realizó en Washington y en la que participó el gabinete de seguridad mexicano, en pleno, con el secretario de Estado, Mario Rubio, el fiscal general Pam Bondi y la secretaria de seguridad interior Kristi Noem, en la que se acordó “una serie de acciones coordinadas, en ambos países, que se implementarán en el transcurso de las siguientes semanas y meses, orientadas a fortalecer el combate al crimen organizado en ambos lados de la frontera, con el objetivo central de disminuir las muertes en ambos países por consumo de fentanilo ilegal y por uso de armas de fuego traficadas ilegalmente”. Según comunicó el gobierno de México.
El sospechosismo afloró a toda su capacidad. Caro Quintero había salvado el escollo y logrado quedarse en el Altiplano. El temor de llegar a Estados Unidos era manifiesto. Y finalmente es entregado en atención a la solicitud presentada por el Departamento de Estado desde más de una década.
El viaje de quien en su momento declaró que lo dejaran “trabajar” y pagaría la deuda externa del país, pareciera una “muestra más” de que México hace caso a los llamados del presidente de Estados Unidos y que la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico no tendrá barreras de ninguna especie.
Se sabe que Caro no representa ningún peligro en cuanto a realizar declaraciones que pudieran poner en riesgo al expresidente López. Quizá, otros gobernantes, fallecidos ya, habrían estado involucrados en la protección del rancho El Búfalo, en donde se localizó el más grande sembradío de marihuana en la historia de México.
Con el número de extradiciones hasta ahora, y la destrucción de decenas de laboratorios en donde se procesa fentanilo, México confirma su “compromiso” de combatir la producción, trasiego y contrabando de drogas, en tanto en Estados Unidos avanza la demanda en contra de los Fabricantes de armas y distribuidores que las venden a los criminales.
Caro Quintero podría ser el último de los capos del pasado. Todos y cada uno de su generación, fueron aprehendidos o murieron en enfrentamientos con las fuerzas federales. Con excepción de Armando Carillo, el señor de los cielos, quien falleció durante una operación de cirugía plástica con la que buscaba un nuevo rostro, el resto está bajo tierra, en prisiones de Estados Unidos o en mexicanas de alta seguridad.
El capítulo cierra una etapa criminal, en la que el salvajismo sentó sus reales y ahora es retomada por las nuevas generaciones, más violentas, más sanguinarias, más poderosas por el tipo y droga que producen y venden.
¿Oportunidad de quedar bien con Trump o coincidencia por cumplir el tratado de extradición?
Usted saque sus conclusiones.
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