Lo que usted diga…

Yo Campesino

•Más que negociación, imposición, como hace seis años Trump ordena

Miguel A. Rocha Valencia
En el universo de relaciones comerciales México-Estados Unidos de 800 mil millones de dólares y la integración en muchas de las ramas productivas existentes en ambas economías, así como la gran participación de capitales foráneos, es obvio que las pérdidas serían para ambos países tanto en sus sectores empresariales como los efectos directos en sus economías internas.
En ello descansa la confianza que expresa Marcelo Ebrard, secretario de Economía de México, pero también es un hecho que, por su peso, los estadunidenses capearían mejor el temporal en tanto que a México el daño podría ser muy severo y de pronóstico reservado por su dependencia de la inversión y las empresas extranjeras.
Es por ello que lo sucedido el fin de semana pasado se traduce más como una concesión de parte de los mexicanos que de una negociación, ya que sin retirar sus acusaciones de que en nuestro país está cooptado por el crimen organizado, el presidente Donald Trump obtuvo su primera tajada del pastel.
No hay duda que el presidente de la Unión Americana sabe dónde pisar y lo hace con fuerza a sabiendas de que lleva ventaja frente a la debilidad de los interlocutores, tanto que su chantaje con Canadá le traerá frutos inmediatos y largo plazos como el hecho de declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas, comprometerse a combatir producción y tráfico de drogas y más adelante la participación gringa en su sistema bancario.
A cambio no les da nada salvo como con México, un mes para hacer lo que les pidió u ordenó y él mismo con su gente serán quienes evalúen si se cumplen los términos de lo pactado porque de lo contrario se activarán los aranceles.
Nuestro gobierno no consiguió nada a cambio de corretear, detener y hasta deportar o asimilar migrantes nacionales y extranjeros además de arreciar la lucha contra los fabricantes de drogas, especialmente fentanilo.
De lo de las armas ilegales a que se refirió la presidenta mexicana no hizo mención ni lo hará pues la fabricación de esos artefactos es una de las principales industrias estadunidenses y no se olvide que el de Trump es un gobierno de empresarios de todo tipo.
Tal vez en la próxima “negociación” a principios de marzo, se evalúe que México no hace lo suficiente en materia de seguridad y migración y entonces se exija algo más ya sea con un mayor contingente de soldados para cuidar la frontera sur de Estados Unidos, alguna concesión en el golfo de “América” o algo que no necesariamente se dé a conocer públicamente.
Hasta podría repetirse el escenario de que debemos hacer un frente común ante las amenazas trumpianas por parte de un gobierno que no incluye, pero su destruye instituciones y que en el festejo de la promulgación de la Constitución pareció escribirse su epitafio con el título de 4T.
Se acabó el pacto federal; los poderes de la República se sumaron en una presidencia altiva, ensoberbecida que a los de adentro ningunea y se empina frente a los poderosos y les otorga concesiones que confunde con negociaciones y se regocija cuando se vuelve cómplice de la intromisión en nuestro territorio.
Ese gobierno que festeja el envío de 10 mil soldados para corretear y aprisionar migrantes pero que regatea los despojos de un poder Judicial mancillado y desaparecido por la fuerza de un poder omnímodo embriagado en plena orgía del pisoteo a la Ley, esa que se festeja violada y parchada para burlarse y hacer uso de ella como le venga en gana.
Nos dieron un mes de “gracia” para cumplir las órdenes de un presidente empoderado internacionalmente que abre fuego sin pretexto alguno para conseguir sus fines ante gobiernos que como el nuestro atinan a decir “Lo que usted diga” y declaramos eso como un triunfo de negociación y cabeza fría.
No importa que les digan que son un narco gobierno; para qué si con datos nos demuestran que si lo somos o al menos esa fue la herencia maldita cuatrotera; tal vez por eso no se atrevieron a de exigir disculpas, correcciones o pruebas de tal dicho.
Y así nos tienen como un país ligado y sometido por el crimen organizado; ahí no hubo ni un paso atrás y todavía lo festejamos.

La presidenta no engaña a nadie con eso de la negociación, sabemos donde se deciden las cosas y no es en Palacio

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