Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
La versión, ampliamente difundida que afirma “el presidente es el mejor enterado”, se derrumba estrepitosamente cuando la presidenta mexicana ignora la razón por la cual se canceló la reunión “urgente” de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) convocada por la señora Xiomara Castro de Celaya, gobernante de Honduras y presidenta pro témpore del organismo.
La agenda estaba lista. Se definió como “híbrida”, porque se abordaría temas medioambientales, de migración y de subrayar la integración de la región.
Sin embargo, la convocatoria emergió inesperadamente.
Todo tenía relación con el diferendo de Gustavo Petro con Donald Trump, al “desautorizar” que dos aviones militares en los que viajaban cerca de 200 colombianos deportados por estar ilegalmente en Estados Unidos e identificados por sus “acciones criminales y de pandilla” y, en cumplimiento del anuncio del huésped temporal de la Casa Blanca, “primero los criminales, después el resto”.
El manotazo de Trump en la mesa de Petro sacudió a medio mundo. Aranceles de 25 por ciento y al cierre de la semana serían elevados al 50 por ciento.
La única instancia regional, con reconocimiento legal y que compite con la OEA y por momentos muestra estar mejor organizada que la institución que lidera -es un decir. Luis Almagro, era la CELAC y Petro recurrió a ella para que su voz se escuchara, porque ahora ni los colombianos lo hacen, y denunciar el trato “inhumano” con los deportados que, esposados y con cadenas en las piernas, hicieron el viaje.
La historia ya es conocida ampliamente por la difusión otorgada por la Casa Blanca, porque en la Casa de Nariño, ni siquiera un comunicado. Exceptuando el video en el que excanciller colombiano,
Luis Gilberto Murillo, quien horas después fue despedido y sustituido por Laura Sarabia quien se convirtió canciller más joven de la región, ninguna información oficial.
¿Qué orilló a Xiomara Castro de Celaya a enviar primero la convocatoria en calidad de urgente y después cancelar la reunión?
En la CELAC se reúnen todos los presidentes, primeros ministros y dictadores de la región. Todos se llevan de maravilla y buscan hacer sentir su fuerza como organismo regional.
No se ha dado una explicación oficial para la cancelación. Sin embargo, de acuerdo con información presuntamente emitida desde el Palacio José Cecilio del Valle, el martes por la noche se envió el mensaje de cancelación.
¿Por qué la presidenta no estaba informada?
Lo peor, no saber la razón por la cual se tomó la decisión.
Probablemente, porque no hay versión oficial, algunos de los miembros de la CELAC no estuvieron de acuerdo con la convocatoria, porque nada cual cuida sus intereses, sobre todo, los que tienen y mantienen con Estados Unidos, y sospecharon o supieron a plenitud, que la sesión de emergencia sería el foro para declararle la “guerra regional” -también es un decir- a Washington y decirle que todos son soberanos, independientes y ya no colonias de ningún país. Hay algunas islas que todavía lo son, pero los dueños de sus gobiernos los dejan que actúan con libertad.
La presidenta debería, así en condicionado, aplicar mano dura a su canciller, al embajador de México en Honduras y a todos los involucrados en la información, por no darle con precisión qué pasó y porqué no habrá reunión de emergencia.
No estar enterada, debilita la posición de la presidenta mexicana.
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