La gran mayoría de los daneses están en contra de la adhesión de Groenlandia a Estados Unidos, indica una encuesta realizada por la empresa de investigación Epinion para la emisora ’DR’. Solo el 3% de los encuestados expresó la opinión contraria.
El 90% de los daneses se oponía a ceder el control de Groenlandia a Estados Unidos. El 3% de los encuestados apoya la idea de que la isla se una al país norteamericano, mientras que a otro 7% le resulta difícil o no quiere dar una respuesta, destaca el sondeo.
La encuesta se realizó entre 1.016 personas entre el 15 y el 22 de enero.
A principios de enero, Mike Waltz, el asesor de Seguridad Nacional designado por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que está dispuesto a considerar todas las opciones posibles en relación con Groenlandia, incluido el uso de la fuerza.
El nuevo Gobierno estadounidense, que asumió el poder el 20 de enero, calificó de «necesidad absoluta» que el país norteamericano sea dueño de la isla, a lo que el primer ministro groenlandés, Mute Egede, respondió que no está en venta.
Esta es la segunda vez que el presidente estadounidense cuestiona la soberanía de Groenlandia. Hizo lo mismo en 2019, cuando estaba en su primer mandato como presidente. Por otro lado, el interés estadounidense en la isla no es nuevo. En 1867, 1910, 1946, 1955 también hubo debates internos en el Gobierno estadounidense sobre la adquisición de Groenlandia.
Desde la década de 1950, Estados Unidos explota la base aérea de Thule, en el norte del país, y hoy la implicación norteamericana en la región es significativa, a pesar de que Copenhague le ha puesto un freno.
Groenlandia fue colonia de Dinamarca hasta 1953. Sigue formando parte del reino, pero en 2009 recibió autonomía, con capacidad para autogobernarse y tomar decisiones independientes en política interior. Aunque forma parte del Reino danés, junto con las Islas Feroe, la distancia con Estados Unidos es mucho menor que con el país europeo.
El hecho de que Donald Trump haya vuelto a poner a la isla en el punto de mira ha indignado tanto a los políticos daneses como a los groenlandeses, Sputnik