Trump firmó una orden ejecutiva que autoriza el envío inicial de 1,500 tropas a la frontera, sumándose a las 2.200 ya desplegadas.
El Gobierno del presidente Donald Trump ha anunciado una serie de medidas drásticas para controlar la migración en la frontera con México, que incluyen el despliegue de hasta 10.000 tropas militares activas y un aumento significativo en la capacidad de los centros de detención de migrantes.
Trump firmó una orden ejecutiva que autoriza el envío inicial de 1.500 tropas a la frontera, sumándose a las 2.200 ya desplegadas. Se prevé que el número total de tropas alcance las 10.000. Las nuevas instrucciones a los agentes de la Patrulla Fronteriza incluyen deportar rápidamente a inmigrantes mexicanos tras registrar sus huellas digitales y negar el derecho al asilo a quienes crucen de manera no autorizada.
El Departamento de Justicia ha creado un «equipo de trabajo sobre ciudades santuario» que investigará a funcionarios municipales que desafíen las órdenes federales sobre control migratorio. Esto incluye medidas contra ciudades como Los Ángeles y Chicago, que han implementado leyes locales para proteger a los inmigrantes.
El servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha identificado instalaciones adicionales que podrían duplicar la capacidad actual de detención a casi 100.000 personas. Esto incluye cuatro instalaciones grandes y otros sitios más pequeños.
Las medidas han generado preocupación entre las comunidades inmigrantes y han sido condenadas por legisladores del caucus Progresista del Congreso. La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) también ha presentado demandas legales para frenar estas políticas, argumentando que violan los derechos constitucionales y ponen en riesgo a familias enteras.
Estas acciones se producen en un contexto donde el Congreso ha enviado al presidente su primer proyecto de ley sobre migración, conocido como Ley Laken Riley, que permite la detención y deportación acelerada de inmigrantes indocumentados acusados de delitos, incluso menores.
La situación refleja un endurecimiento significativo en las políticas migratorias bajo la administración Trump, generando tensiones, tanto a nivel local como nacional respecto al tratamiento y derechos de los inmigrantes en Estados Unidos.
