Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
No, no crea usted que se trata de una promoción para adquirir alguna marca de cosmético para el embellecimiento físico.
Es un asunto de tipo político que, ciertamente, no debería extrañarnos. Usted sabe, los otros datos solamente los conocen quienes los poseen.
Me llamó poderosamente la atención la acusación que formuló el senador y excandidato presidencial, Ricardo Anaya Cortés. Con precisión demuestra que no se ha reducido el número de homicidios dolosos, sino que, en el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, cuya titular es Marcela Figueroa Franco, los cambiaron de categoría a desapariciones.
En tres párrafos, Anaya derrumba las cifras. Lea usted:
Comparaciones selectivas
“¿Por qué no comparan octubre, noviembre y diciembre con los mismos meses del año pasado? Porque entonces se ve que no bajó la violencia, sino que aumentó de siete mil 79 a siete mil 300 asesinados”.
Falta de análisis anual
“El dato oficial de 2023 fue de 29 mil 700 asesinatos, mientras que en 2024 subió a más de 30 mil”.
Cambio de categoría de homicidios a desapariciones
“El promedio de desaparecidos pasó de 25 diarios en el sexenio pasado a 41 diarios ahora. Dicen esta persona desapareció, en lugar de mataron a esta persona, y así, mágicamente, el número de asesinados baja”.
Hasta aquí los datos duros localizados por Anaya en el listado informativo del SESNSP.
Hace unos días, el periodista Guillermo Ortega, editorializó el tema. Y reveló las cifras de los homicidios dolosos del fin de semana pasado. Las cifras no bajan de 80 diarios. A esto, comentó: “en otro país esto sería una tragedia, pero aquí no pasa nada. Nos estamos acostumbrarnos a que sea una cifra más”.
A ambos personajes les asiste la razón. Insisto, no es novedad la alteración de cifras, el cambio de lugares, la información sesgada.
Todo comenzó en el pasado quinquenio con 10 meses de gobierno -formal, porque sigue dando lata el que no se ha ido-, al rebatir cifras oficiales con los “otros datos” y, se pensaría que cuando menos eso cambiaría la sucesora.
Se observa que no.
Le decía en el programa Misión, Periodismo sin Regaños, que se transmite por Radio Cañón martes y jueves de 16 a 17 horas, que mientras no se nos informe con la verdad, sin manipulación, sin alteración de los hechos, los ciudadanos dejamos de creer y comenzamos con las especulaciones y las abandonamos cuando tenemos la información oficial, documentada, pero no difundida ni en las mañaneras ni desde las instituciones.
Si no se quiere entender que la verdad aflora, ningún gobierno gozará de una credibilidad que convenza; por supuesto, el cuatroteísmo aprendió a manipular sin rubor alguno y siguiendo la técnica de Goebbels, la que ha sido superada, miente y siembra la duda en todos los temas, porque la razón la tienen quienes ostentan el poder público.
