¿Nos irá bien?

Yo Campesino

* Ya solo falta que nos repitan que somos el país más feliz del mundo

Miguel A. Rocha Valencia
En la realidad alterna en que vivimos los mexicanos, la corrupción, opacidad e impunidad resultan atributos de la 4T a los cuales debe sumarse la mitomanía como fuente de información, esa que ya no saldrá del INAI y menos aún de la secretaría a cargo de Raquel Buenrostro, convertida hoy en tapadera de todas las trapacerías “del cambio”, pasadas y presentes, sino de las mañaneras.
De acuerdo con ello, ya no sólo seremos el país más democrático del mundo sino que registraremos uno de los mejores crecimientos a pesar de que la deuda y sus intereses, los programas sociales se van a comer cerca de 2.5 billones de pesos de los 10 billones del presupuesto y que la poca inversión será entregada principalmente a los militares.
Pero eso sí, quedamos pendientes del surtimiento de medicamentos, tratamientos y equipos para la salud –una vez más- porque los “ajustes presupuestales” son necesarios para meterle dinero a Pemex y CFE, al tren Maya, Dos Bocas, Mexicana y desde luego incrementar el número de “agradecidos” con la 4T.
Así como en salud, los cuatroteros son mezquinos hasta para legitimar sus ocurrencias y destrucciones por eso regatean recursos para construir el Frankenstein que sustituirá al poder Judicial; una caricatura para suplantar a quien se atrevió a decir no al mesías tropical y se convirtió el valladar de la justicia frente al autoritarismo que hoy proclama a México como el más democrático en medio de un proceso hacia la dictadura.
Por eso y en complicidad con el INE y el TEPJF sometidos de facto, se destinan seis mil 500 millones para una de las elecciones “constitucionales” más complicadas donde finalmente el “pueblo bueno” habrá de elegir jueces, magistrados y ministros en una especie de examen de opción múltiple pero con desconocimiento absoluto de los candidatos, lo cual garantiza que la estructura de Morena y aliados “elija” a los ganadores en una acción tan fraudulenta como la que les dio la mayoría absoluta en el Congreso federal.
Y mientras nos entretenemos con todas estas trapacerías políticas, las cuestiones financieras estarán presentes aunque nos digan todas las mañanas el cuento de que “todo está bien” y se repartan por millares las tarjetas del bienestar en becas y pensiones.
Porque de entrada ni soñando se va a lograr el 3.5 del déficit programado a pesar de ahorros y recortes, mucho menos se va a alcanzar un crecimiento del tres por ciento y estaremos muy lejos de las grandes obras que pretende dejar para la historia la 4T.
En principio porque no hay dinero, en segundo, la deuda pública y programas sociales requerirán toneladas de dinero que no será sustituido con inversión privada aunque en los actos públicos los empresarios digan que van a poner 70 mil millones de dólares. No lo harán por una razón simple: Nadie y menos el gobierno, podrán darles seguridad de que sus recursos están seguros, que se respetarán contratos y habrá autoridades, instituciones y leyes que los defiendan en controversias contra decisiones oficiales convertidas en mandatos constitucionales, como ocurre hoy.
Por el contrario, la supremacía constitucional se convirtió en vez de garantía, en la mayor amenaza para la inversión privada.
A ello se debe que los organismos financieros internacionales coloque a México entre los países de América con menor crecimiento para 2025 con apenas 1.2 por ciento si nos va bien y si no es así, el 2026, merced al crecimiento de la deuda en poco más de 1.2 billones de pesos derivado del déficit autorizado para este año, nos irá peor.
Estamos por debajo de Ecuador, Bolivia o Perú en tanto que los horrorosos derechistas de Argentina están con 4.3 o Paraguay con 3.9 y Costa Rica con 3.8 por ciento der crecimiento.
Todo eso sin tomar en cuenta los efectos reales que puedan derivarse de los dimes y diretes entre la president(a) de México y Donald Trump y sus injerencias en el Tratado de Libre Comercio donde para no variar, los lacayos del Congreso en sintonía con su mandamás, ya preparan legislar para que, ahora sí “constitucionalmente”, no se cumpla lo establecido por el convenio.
Como el caso de maíz genéticamente modificado y que se destina principalmente a forraje. Si le meten mano posiblemente con razón, habrá repercusiones. NO se olvide que importamos el año pasado 22 millones de toneladas y que de Estados Unidos nos llega trigo, oleaginosas y otros granos básicos.
El caso es que las condiciones económicas se complican incluyendo lo del control, inflacionario a partir de decisiones demagógicas como el tal acuerdo para para controlar la inflación y hasta disminuir el precio de la canasta básica en una maniobra para disminuir el número de pobres laborales.

Y si a todo ello le agregamos que en los primeros tres meses de este gobiernito aumentó el número de asesinatos 4.1 por ciento y que la violencia criminal se extendió y arraigó en entidades como Chiapas y Tabasco, las cosas no son como nos las pintan desde palacio Nacional, aunque claro, desde ahí salen las cosas por decreto “constitucional”.

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